El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha confiado en que el candidato de Junts+, Carles Puigdemont, no asumirá la presidencia de la Generalitat tras las recientes elecciones catalanas, previendo que se mantendrá a la espera de una posible amnistía. García-Page articuló sus perspectivas argumentando que tanto a nivel nacional como en Cataluña, establecer pactos con partidos independentistas tiene su costo político.
García-Page ofreció estas declaraciones a los medios durante su visita al tráiler de la ‘Ruta Enfermera’, promovida por el Consejo General de Enfermería, en Toledo. Reiteró que, en su opinión, es perjudicial para los partidos políticos españoles y catalanes mezclar sus espacios políticos, puesto que generan problemas a ambas partes.
En relación a Puigdemont, el dirigente socialista expresó su esperanza de que este no ocupe la presidencia, mencionando incluso las declaraciones del político independientista acerca de su retirada de la política en caso de no ser presidente, y advirtió que estarán atentos para recordárselo.
Sobre la gobernabilidad y la formación de gobierno en Cataluña, García-Page realizó una distinción clara, señalando que el hecho de que haya gobierno no garantiza que este pueda ejercer su función efectivamente. Según sus palabras, un gobierno debería ser capaz de cumplir con sus promesas, y cuando esto no sucede, se reduce simplemente a la ocupación del poder. No obstante, apeló a la responsabilidad de los independentistas aunque expresó dudas sobre su capacidad para cumplir con esta demanda.
Con respecto a si los resultados electorales refrendan la política del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hacia los partidos independentistas, García-Page subrayó que la política nacional no necesita validación catalana y que debe ser respaldada por el conjunto de España.
En particular, el presidente castellanomanchego elogió el perfil moderado y transversal del candidato del PSC, Salvador Illa, destacando su intento de evitar politización y fractura en la sociedad catalana y española, y afirmó que Illa está en la mejor posición para dirigir Cataluña.
En conclusión, García-Page expresó su deseo de mayor atención política hacia las necesidades de ciudadanos catalanes y celebró lo que considera un retroceso en el apoyo al independentismo, lo cual percibe como un retorno a la realidad y como algo beneficioso para Cataluña y para España en general.