En un reciente encuentro con los ciudadanos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha proyectado un tono esperanzador sobre el futuro del río Tajo, asegurando la victoria en lo que ha denominado la «batalla global» en defensa del cauce. Con una convicción renovada, García-Page ha comentado: «Hoy lo tengo más claro que a lo mejor en las últimas décadas», en referencia a la lucha por el río que atraviesa la comunidad autónoma.
El contexto de estas declaraciones ha sido el acto de inauguración del nuevo espacio público cerca de importantes puntos de interés histórico en la región. Recordando con nostalgia la época en que los niños, incluido él mismo, podían bañarse en el Tajo antes de que se prohibiese hace 52 años, García-Page ha expresado un anhelo colectivo por recuperar la relación íntima de los ciudadanos con el río.
Sin embargo, no ha eludido la dura realidad de que conseguir protección y mejoras para el Tajo no ha sido una tarea sencilla. A pesar de la lucha política y los convenios realizados, muchas veces ha sido necesaria la intervención del Tribunal Supremo para alcanzar progresos significativos. «Es bastante triste tener que llegar hasta ahí», ha lamentado el presidente regional.
Aun así, el tono de García-Page no ha sido derrotista. Confiando en el apoyo judicial que han recibido, manifestó que, aun cuando existía la posibilidad de que les negasen la razón, la justicia les ha sido favorable. Y concluye con optimismo que, atendiendo al clima de opinión actual, hay evidencias claras de que esa razón «va a seguir acompañando» a Castilla-La Mancha en sus esfuerzos por preservar la integridad del Tajo.
