El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha abordado la situación actual del PSOE, rechazando la acusación de que su partido haya «traicionado» su integridad. En declaraciones realizadas durante una entrevista en el programa El Hormiguero, García-Page reconoció que algunos aspectos han «comprometido» los valores y principios del partido, lo que le causa dolor, aunque expresa su confianza en que el PSOE volverá a sus orígenes.
A pesar de las discrepancias internas, García-Page se muestra «cómodo» en el partido y sostiene que este debe volver a representar a las «grandes mayorías». En este contexto, subrayó que «la mayoría social es que te vote la mayoría de la gente, y no sumar minorías».
El presidente también hizo hincapié en la importancia de que las instituciones, comenzando por La Moncloa, «no pueden ponerse en alquiler». En este sentido, defendió la idea de regresar a un enfoque de consenso entre los «dos grandes partidos», sugiriendo que sería «deseable» establecer una agenda de acuerdos, a la vez que mencionó el ejemplo de los pactos en Portugal.
En cuanto a la relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, García-Page admitió que esta es «muy poca, básicamente institucional», aunque aseguró que en las ocasiones en que han coincidido, han mantenido una conversación «con cordialidad». A pesar de las tensiones, el presidente castellanomanchego no cree que Sánchez intente desestabilizar su posición, dado que el PSOE de Castilla-La Mancha ha obtenido buenos resultados electorales. «La política es así de despiadada», concluyó García-Page.
