Durante su visita a Chillón, en la provincia de Ciudad Real, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha aprovechado la ocasión para expresar su agradecimiento al Partido Popular (PP) por su colaboración en la elaboración de un nuevo Estatuto de Autonomía para la comunidad autónoma. García-Page enfatizó que la intención de esta reforma es lograr la «complicidad de la inmensa mayoría» y proteger decididamente sectores claves como la sanidad y la educación.
El presidente ha explicado que el objetivo del Estatuto es fortalecer la unidad de España, alejándose del enfoque de otras propuestas autonómicas que buscan la división. García-Page ha asegurado que el nuevo Estatuto dotará a Castilla-La Mancha de las herramientas necesarias para tener un pie de igualdad en la lucha por su financiación y sus intereses, y para tomar decisiones sin depender exclusivamente de Madrid o Barcelona.
En el marco de la reforma del Estatuto, que será puesta en marcha en el pleno de las Cortes regionales, García-Page ha destacado la importancia de contar con la aprobación de la amplia mayoría. El texto busca otorgar a la región más instrumentos para la defensa de sus intereses en un «mercado de intereses» nacional.
El presidente ha manifestado su orgullo por las garantías que el nuevo Estatuto aportará a los servicios públicos fundamentales, asegurando la salvaguarda de la sanidad y la educación frente a futuras políticas que pudieran desestabilizarlos. Además, ha remarcado el blindaje que el Estatuto propone sobre la legislación y protección contra la violencia de género, situándose en la avanzada en esta materia a nivel estatutario.
Otra novedad que introduce el proyecto es el enfoque hacia la problemática de la despoblación, un tema que García-Page considera crucial para que el Parlamento, a la hora de asignar recursos financieros, tome en cuenta esta variable significativa para la comunidad.
El presidente regional finalizó su intervención enfatizando su ambición de que el nuevo Estatuto atraiga a la región medio millón de personas en los próximos 20 años, lo que sería una señal de progreso en términos de empleo, empresa, industria y servicios. Con este horizonte de crecimiento poblacional, García-Page vislumbra un futuro prometedor para Castilla-La Mancha marcado por la consolidación y expansión de su tejido social y económico.