El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado este viernes su opinión sobre la necesidad de que el Gobierno central asuma la responsabilidad de convocar y liderar un proceso técnico de armonización entre las comunidades autónomas. Según García-Page, este proceso debe llevarse a cabo al margen de los debates políticos para mejorar la coordinación entre las distintas regiones del país.
Durante un acto conmemorativo del 40 aniversario de la apertura de la delegación de la agencia Efe en Castilla-La Mancha, García-Page subrayó la importancia de que las comunidades autónomas se reúnan con un Estado que actúe como coordinador. Propuso el establecimiento de una agenda de armonizaciones que aborde inicialmente aspectos técnicos, seguidos de reformas legislativas y políticas. Destacó que, a pesar del paso de los años, el «puzle» del sistema autonómico español no ha cambiado sustancialmente, aunque la falta de coordinación ha llevado a que, en ocasiones, las piezas no encajen adecuadamente.
En su intervención, García-Page enfatizó que existen numerosos aspectos técnicos en el ámbito autonómico que podrían mejorarse «por sentido común», afirmando que hay «50 temas en los que se puede trabajar». Sin embargo, resaltó la dificultad de coordinarse si no es a través del Gobierno central, ya que cualquier intento por parte de las autonomías de reunirse en ese sentido podría ser malinterpretado.
Al ser preguntado sobre la figura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, García-Page reconoció que aunque no tienen una interacción frecuente, no puede negar los logros de Sánchez, quien ha logrado mantenerse en la presidencia. Destacó la utilidad y el respeto que despierta el ministro de Economía, considerándolo un miembro valioso del equipo de Sánchez.
Respecto a la situación económica de España, García-Page fue contundente al afirmar que la metáfora de que el país va «como un cohete» no se ajusta a la realidad, señalando que, aunque hay avances, persisten desajustes económicos y desigualdades que deben ser abordadas.
En cuanto a la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, que se debatirá en el Congreso el 7 de octubre, describió el texto como un ejemplo positivo en medio del debate territorial, reafirmando la lealtad a la Constitución.
Sobre la gestión del agua, criticó el funcionamiento de las confederaciones hidrográficas, argumentando que no responden adecuadamente a las necesidades regionales y que su gestión es ineficiente. Consideró que las decisiones sobre los recursos hídricos deberían ser más participativas y reflejar mejor los intereses de los ciudadanos.
García-Page también abordó la situación en Gaza, calificándola de «atrocidad humanitaria» y sugiriendo que Toledo podría ser un lugar adecuado para albergar una conferencia de paz al respecto.
Finalmente, ante la posibilidad de buscar un cuarto mandato, expresó que, aunque siente pasión e ilusión por continuar, es una decisión que debe conversar con su familia y que aún está pendiente.