El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha instado a Europa a mantener una postura equilibrada en el contexto internacional, sugiriendo que debe «tomar conciencia» de la necesidad de estar «con un pie en el Atlántico y otro en el resto del mundo», mientras que su «cabeza debe estar en Europa». Durante su intervención ante los medios, antes de asistir a la 164ª Sesión Plenaria del Comité Europeo de las Regiones en el Parlamento Europeo, García-Page destacó la importancia de lograr «autonomía y unidad» como el único camino viable para el continente.
El presidente castellanomanchego enfatizó que la actual lucha global se da entre «grandísimas» potencias como China, Estados Unidos y Europa, argumentando que Rusia, aunque es recordada por su influencia, ha pasado a un segundo plano en este enfrentamiento, a pesar de su capacidad nuclear. Según García-Page, Europa no puede permitirse ser considerada «el sándwich» en el contexto de estas potencias y debe, por tanto, desarrollar su propia autonomía y personalidad en un mundo caracterizado por la globalización.
Al abordar la reciente reunión entre Estados Unidos y Rusia sobre la guerra en Ucrania, García-Page expresó su escepticismo respecto a las intenciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien, a su juicio, «no persigue ninguna paz» sino que busca aprovechar la situación a su favor. Criticó la tendencia de Trump de centrarse en intereses económicos como el petróleo y los aranceles, en lugar de abordar directamente el conflicto.
García-Page subrayó que la Unión Europea debería esforzarse por no depender de tecnologías ajenas, sugiriendo que tiene el potencial de desarrollar sus propias innovaciones tecnológicas. Defendió la existencia de un «mercado productivo» y una «competitividad» en Europa que son diferentes de las de otros lugares, resaltando la calidad de los servicios y productos europeos y su atractivo turístico.
En su opinión, la clave para que Europa potencíe sus oportunidades radica en la unidad entre sus miembros. Advirtió que la fragmentación, como la que busca promover Trump, solo debilitaría al continente, que ha cosechado éxitos a lo largo de los años gracias a la cooperación y unidad en su proyecto común.
