En una reciente entrega del popular programa de Antena 3, «El hormiguero», conducido por Pablo Motos, se generó un intenso debate durante la tertulia semanal que contó con la participación de figuras como Tamara Falcó, Cristina Pardo, Nuria Roca y Juan del Val. El foco de la discusión fue una controvertida acusación hecha por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en relación a la supuesta ventaja informativa que tendría el Partido Popular gracias a su cercanía con el poder judicial.
Durante un encuentro en la copa de Navidad de Moncloa, Sánchez habría insinuado ante los periodistas que el Partido Popular «juega con las cartas marcadas» al tener información privilegiada de los jueces, una afirmación que Pablo Motos no dudó en calificar de grave. El presentador destacó la singularidad de la acusación, especialmente viniendo de una figura de tal magnitud como el presidente del Gobierno, y sugirió la necesidad de que estas declaraciones fueran respaldadas por pruebas concretas.
Desde el panel, Juan del Val ecoó la alarma de Motos, enfatizando la seriedad de la acusación y la improcedencia de realizar tales comentarios, ya sean en contextos informales o formales. Por su parte, Cristina Pardo expresó su desconcierto ante la actitud confrontativa de Sánchez hacia el poder judicial, aún cuando miembros de su propia familia están siendo objeto de investigaciones.
La teoría de Juan del Val sugiere que la estrategia de Sánchez no sería tanto enojar a los jueces, sino más bien una táctica preventiva para debilitar la credibilidad del sistema judicial. Este planteamiento insinúa un cálculo político destinado a influir en la percepción pública.
Pablo Motos, por su parte, interpretó estas acciones de Sánchez como dirigidas a su base de seguidores, enmarcándolas como argumentos listos para ser usados en debates domésticos en temporada navideña. No obstante, el conductor concluyó defendiendo la integridad de la justicia española, optimista de que la verdad emergerá basada en evidencia concreta.
Esta discusión en «El hormiguero» arroja luz sobre una fascinante interacción entre política, medios de comunicación y la percepción pública, demostrando una vez más el papel de los programas de televisión como foros críticos para el debate nacional en España.