En un sorprendente giro de eventos que ha sacudido a la capital de Kenia, Nairobi, un presunto asesino en serie, acusado de matar a 42 mujeres, ha logrado fugarse de una comisaría junto con otros 12 presos. Lo más alarmante de este escape es la aparente complicidad de varios agentes de la policía, una situación que las propias autoridades kenianas han tenido que admitir este martes.
Los fugitivos, en su mayoría inmigrantes provenientes de Eritrea que ingresaron a Kenia de manera irregular, encontraron su camino hacia la libertad cortando un techo de alambre de la comisaría. La Policía ha confirmado que este audaz escape habría sido prácticamente imposible sin asistencia interna, levantando serias preguntas sobre la seguridad y la integridad dentro de las fuerzas del orden.
Collins Jumaisi Khalusha, quien ahora se encuentra en paradero desconocido, es especialmente notorio entre los fugados. Arrestado en julio después del descubrimiento de varios cadáveres en un vertedero, Khalusha se encuentra en el centro de una vasta investigación policial. A pesar de haber confesado inicialmente su participación en los homicidios de 42 mujeres desde el año 2022, incluida su propia esposa, más tarde se retractó de estas declaraciones durante el juicio, alegando haber sido coaccionado. En su vivienda, las autoridades descubrieron herramientas presuntamente utilizadas para desmembrar a sus víctimas, lo que añade un escalofriante nivel de premeditación a sus crímenes.
Ante la creciente presión y la urgencia del caso, la Policía ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para re-capturar a Khalusha, enfatizando su peligrosidad. Gilbert Masengeli, un oficial responsable de la Policía, ha expresado su consternación sobre cómo los fugitivos pudieron haber escapado de una instalación supuestamente segura. En respuesta al escándalo, Masengeli ha anunciado la suspensión de los ocho agentes de guardia en el momento de la fuga y ha asegurado que la unidad de asuntos internos está investigando el incidente. «Quien sea hallado culpable se enfrentará a todo el peso de la ley», ha declarado, mostrando el firme propósito de las autoridades de llegar al fondo de este inquietante suceso.
Esta extraordinaria fuga no solo ha expuesto graves fallas de seguridad dentro de la comisaría sino que también ha arrojado una luz sobre la posible corrupción que impregna algunos niveles de la fuerza policial keniana. A medida que la búsqueda de los fugitivos continúa, Nairobi se encuentra en vilo, esperando que la justicia prevalezca y que aquellos que han escapado, especialmente un criminal tan temido como Khalusha, sean rápidamente devueltos a custodia.
