Operación sin precedentes: Israel realiza un «ataque preventivo» histórico contra Hezbolá en territorio libanés

En una operación de gran envergadura, la Fuerza Aérea israelí desplegó aproximadamente 100 aviones de combate para atacar miles de lanzacohetes pertenecientes al grupo chií Hezbolá en Líbano. Los cohetes estaban posicionados para lanzar ataques tanto al norte como al centro de Israel, reveló Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí. Esta ofensiva, lanzada en las primeras horas de la mañana, tenía como objetivo neutralizar alrededor de 40 emplazamientos de Hezbolá en el sur del Líbano, en un esfuerzo por «frustrar un inminente ataque masivo» contra el territorio israelí.

Los bombardeos israelíes buscaron eliminar las amenazas de la organización calificada como terrorista por Israel, dando como resultado la muerte de al menos tres personas, según reportes del centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud Pública del Líbano. Esta medida defensiva precedió a un anuncio por parte de Hezbolá, el cual indicó el inicio de una represalia «a gran escala» contra Israel, empleando para ello un número significativo de drones dirigidos a objetivos dentro de Israel.

La prensa internacional recibió detalles complementarios por parte de Nadav Shoshani, otro portavoz del Ejército israelí, quien precisó que los lanzacohetes se encontraban distribuidos en unos 40 puntos a lo largo del sur de Líbano. Si bien la mayoría estaban dirigidos hacia el norte de Israel, había algunos que apuntaban a objetivos centrales dentro del país, los cuales fueron neutralizados por los ataques israelíes, causando «muy pocos daños» en el territorio del norte.

El marco general de esta operación, descrita por Israel como «defensa propia en tiempo real», ocurrió poco antes de las 5.00 horas local. Frente a esta situación, Hezbolá ha intensificado la tensión afirmando que sus ataques dirigidos tanto a las bases militares israelíes como a los Altos del Golán, así como a posiciones de artillería y cuarteles, han tenido éxito, alineándose con los planes previstos.

Desde octubre, la violencia en la frontera entre Israel y Líbano se ha intensificado significativamente, marcando el período más grave desde la guerra de 2006. El conflicto ha cobrado la vida de más de 630 personas, predominando las bajas entre las filas de Hezbolá y la población civil libanesa, mientras que en Israel se han registrado 49 decesos, incluidos 12 menores en un ataque en la ciudad drusa de Majdal Shams, ubicada en los Altos del Golán.

En respuesta a la muerte de importantes líderes de Hezbolá y Hamás, a manos de operativos atribuidos a Israel, el grupo chií libanés aliado de Irán ha prometido un ataque a gran escala contra territorio israelí, aun cuando la región se prepara para las consecuencias de estos recientes enfrentamientos. La espiral de violencia y represalias continúa marcando el tenso panorama en Medio Oriente, dejando a ambas partes en una constante vigilancia y preparación para lo que pueda surgir en un futuro cercano.

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