En una operación llevada a cabo por el Ejército de Israel en la ciudad cisjordana de Qabatiya, al menos siete palestinos han perdido la vida y otros once han resultado heridos. La incursión, que tuvo lugar el jueves al sur de Yenín, ha desencadenado también la detención de aproximadamente una decena de personas, exacerbando las ya tensas relaciones en la región.
Entre los muertos se identificó a un líder local de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, una facción armada derivada del principal partido de la Autoridad Palestina, Al Fatá. El individuo, reconocido como Shadi Zakarné por el diario palestino ‘Filastín’, era una figura prominente dentro del grupo militante. Los demás fallecidos han sido identificados por sus nombres, dejando un sombrío panorama de pérdida humana tras el enfrentamiento.
Videos publicados en redes sociales, cuya autenticidad aún no ha sido verificada, muestran a militares israelíes arrojando los cuerpos de tres de los fallecidos desde el tejado de un edificio, para luego ser recogidos por un buldócer y transportados hasta custodia israelí. Estas imágenes han provocado indignación y cuestionamientos sobre los métodos empleados durante la operación.
El Ejército de Israel ha anunciado que llevará a cabo una investigación sobre el incidente, expresando que los actos reportados «no están en sintonía con los valores» de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ni con lo que se espera de su comportamiento. Un comunicado del ejército ha detallado la operación en Qabatiya, admitiendo la eliminación de cuatro «terroristas» en un tiroteo, que no dejó bajas israelíes, y reconociendo unas 25 detenciones, además del ataque de un dron contra un vehículo que transportaba «terroristas».
Desde el 7 de octubre de 2023, siguientes ataques ejecutados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas, las autoridades palestinas han cifrado en más de 700 los muertos en operaciones de las fuerzas israelíes y ataques por parte de colonos. La situación se ha agravado tras una ofensiva militar lanzada por Israel contra la Franja de Gaza, dejando unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según balances oficiales. Por su parte, las autoridades de Gaza, controladas por Hamás, han reportado más de 41.250 muertos y aproximadamente 95.500 heridos hasta la fecha.
Estos desarrollos subrayan la creciente espiral de violencia en la región, avivando un conflicto que parece lejos de encontrar una resolución pacífica. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, esperando gestos de contención que puedan conducir a una desescalada del conflicto.
