En una significativa llamada telefónica este viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se han contactado para discutir potenciales rutas hacia la paz en Ucrania. Este acontecimiento marca el primer diálogo directo entre los dos líderes en cerca de dos años y ocurre en un momento crítico, justo antes de un invierno que se pronostica extremadamente duro para Ucrania, la cual ha visto gran parte de su infraestructura energética devastada debido a la invasión a gran escala por Rusia.
Este diálogo cobró especial importancia al ser el primer esfuerzo significativo de un líder occidental orientado hacia la resolución del conflicto ucraniano desde que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, un evento que podría volver a moldear el enfoque de la política exterior de dicho país hacia Kiev.
Scholz, quien ha estado abierto a la idea de establecer un contacto directo con Putin desde diciembre de 2022, coordinó estrechamente este paso con Estados Unidos y otros aliados europeos previo a la cumbre del G-20 en Brasil. Esta comunicación también refleja un momento de dificultad política para el líder alemán, en vista de la inminente agitación política en Alemania tras el anuncio de elecciones anticipadas para febrero de 2025 y el pronóstico de una significativa pérdida de escaños para su partido socialdemócrata.
Antes de su interacción con Putin, Scholz reafirmó el firme apoyo de Alemania hacia Ucrania en una llamada con el presidente Volodímir Zelenski, discutiendo «posibles caminos hacia una paz justa» y ratificando la «solidaridad inquebrantable» de Alemania con Kiev. A pesar de este respaldo, Scholz reiteró en el Bundestag su oposición al envío de armas de largo alcance a Ucrania, decisión que ha levantado críticas de Kiev y otros aliados dentro de la Unión Europea.
Este reciente contacto entre Alemania y Rusia ha generado un amplio debate dentro de la Unión Europea, recordando a todos los intentos previamente fallidos del presidente francés Emmanuel Macron por mantener abierta una línea de comunicación con el Kremlin. Dichos esfuerzos, lejos de alcanzar una solución, incrementaron las tensiones con Ucrania.
Mientras tanto, Estados Unidos intensifica su apoyo a Ucrania antes del comienzo del mandato de Trump el 20 de enero. En una visita no anunciada a Bruselas, el secretario de Estado Antony Blinken aseguró a los aliados de la OTAN y la UE el envío de un paquete de asistencia a Ucrania valorado en 61.000 millones de dólares, aunque persisten las preocupaciones sobre un posible acuerdo bajo la administración de Trump que podría afianzar las conquistas territoriales de Rusia.
La llamada entre Putin y Scholz ofrece un atisbo de esperanza hacia el fin de la guerra en Ucrania, aunque es claro que el camino hacia la paz aún presenta considerables desafíos. La comunidad internacional permanece atenta a los desarrollos futuros, con la esperanza de que este nuevo canal de comunicación entre Alemania y Rusia pueda contribuir significativamente a la resolución del conflicto.