En el tranquilo municipio de Ocentejo, en Guadalajara, la jornada electoral del domingo se ha vivido con particular atención. Una vez más, la localidad ha tenido que acudir a las urnas después de que se anularan los resultados anteriores por un error en el recuento. De los 18 vecinos habilitados para votar, 16 ejercieron su derecho en unas elecciones que han tenido que ser repetidas en más de cuarenta municipios en toda España.
La contienda local en Ocentejo se ha saldado con el socialista Pedro Manuel Arribas como el candidato más votado, reuniendo siete apoyos, lo que le asegura un escaño como concejal. Sin embargo, aún persiste la incertidumbre en cuanto a quién ostentará finalmente la alcaldía.
La pelea electoral ha estado reñida entre los demás candidatos, con un empate a cinco votos entre Julio Antonio Arias del PSOE, Manuel Perdices y Cirilo Vergara del PP, así como José Luis de Andrés de Unidas Podemos-IU. Con un voto menos, Aire de Andrés, también de UP-IU, se quedó con cuatro votos.
Dado este empate, la Junta Electoral de Zona llevará a cabo un sorteo para determinar a dos de los tres ediles que corresponden a Ocentejo por su número de habitantes, sumándose al único concejal fijo hasta el momento, Arribas. Una vez designados, los tres concejales tendrán la tarea de elegir al alcalde o alcaldesa que dirigirá los destinos del municipio.
En estas votaciones únicas, los vecinos tenían la opción de votar a un máximo de dos candidatos de los seis disponibles, repartidos entre las listas del PSOE, el PP y UP-IU. El recuento final reveló un total de 31 votos, con la curiosidad de que uno de los electores prefirió dar su confianza a un solo candidato en lugar de a dos.
La necesidad de repetir las elecciones surgió tras un recurso de Unidas Podemos-IU, que se quejó de que la acta de la votación original no reflejaba adecuadamente todos los candidatos. Este problema fue la incorrecta atribución de votos a los partidos políticos en lugar de a los candidatos individuales, un matiz sustancial en estas elecciones que ha obligado a Ocentejo y otros municipios españoles a una segunda cita con las urnas. La resolución de esta insólita situación determinará el nuevo gobierno local y cerrará un capítulo más en la singular historia política de esta pequeña comunidad en el Alto Tajo de Guadalajara.
