En una emisión que ha dejado huella en el panorama televisivo español, Telecinco volvió a tocar las fibras más sensibles de su audiencia con una impactante entrevista que tuvo como protagonista a Isa Pantoja. La noche del viernes, 18 de octubre, Isa se sentó frente a Santi Acosta y Beatriz Archidona en el programa «¡De viernes!», y en un espacio que antaño pertenecía al controvertido universo de «Sálvame», ofreció declaraciones que no dejaron a nadie indiferente, llevando a una ruptura definitiva con su madre, Isabel Pantoja.
Isa no solo se abrió sobre su distanciamiento con su familia tras mudarse de La Moraleja a Marbella, sino que también profundizó en cómo las diferencias en el trato respecto a su hermano y el sentirse menos querida la llevaban a esta dolorosa decisión. Su testimonio, marcado por la emotividad, ha sido uno de los momentos televisivos más comentados, generando una ola de reacciones entre la audiencia y los medios.
La entrevista no solo captó la atención por sus revelaciones, sino que también por su éxito en términos de audiencia, alcanzando un impresionante 17,1% de share y sumando 1.225.000 espectadores en su tramo principal, superando así a otros programas de gran audiencia como «La Voz». Este hito no solo subraya la relevancia del contenido y su protagonista sino que también marca un momento de oro para Telecinco en la batalla por las audiencias.
Sin embargo, más allá de los índices de audiencia y las emociones a flor de piel, la entrevista ha generado controversia, especialmente por el modo en que Santi Acosta maneja el legado de «Sálvame», evitando mencionar el programa por su nombre durante las emisiones. Este detalle, que no ha pasado desapercibido, ha sido criticado por figuras conocidas de la cadena, como Nuria Marín, quien expresó su descontento al respecto en redes sociales, señalando esta actitud como un intento de «borrar la historia» de un programa que ha marcado una era en la televisión española.
Este nuevo episodio no solo ha sumido a Isabel Pantoja en un momento particularmente difícil, marcado por la candidatura de su hija, sino que también ha reavivado el debate sobre el trato de ciertos temas en la televisión, la dinámica familiar bajo el escrutinio público y la constante lucha por las audiencias en un panorama mediático cada vez más competitivo. La noche del 18 de octubre no será fácilmente olvidada, dejando una marca indeleble tanto en la historia de Telecinco como en la de sus protagonistas.