Varios líderes territoriales del Partido Popular (PP) han denunciado el «tono cesarista» y «autoritario» de los mensajes filtrados del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una conversación por WhatsApp con el exministro de Transportes José Luis Ábalos. Este intercambio, que fue revelado por el diario ‘El Mundo’, pone de manifiesto la tensión entre Sánchez y algunos barones socialistas, entre los que se encuentran Emiliano García-Page, Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara.
Juanma Moreno, presidente del PP en Andalucía, Jorge Azcón de Aragón, Paco Núñez de Castilla-La Mancha y María Guardiola de Extremadura criticaron la forma en que Sánchez se dirige a sus compañeros de partido, subrayando la falta de respeto que, en su opinión, ha demostrado hacia los líderes territoriales del PSOE. Durante sus declaraciones a la prensa, antes de la reunión del Comité Ejecutivo Federal del PP, Moreno calificó las palabras del presidente del Gobierno como «muy graves» y reprochó su forma de actuar, que considera despectiva hacia quienes discrepan de él.
Paco Núñez lamentó que las disputas entre Sánchez y García-Page afecten negativamente a los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Según su punto de vista, la crítica pública de García-Page hacia Sánchez no se traduce en una acción consistente en el Congreso, donde el presidente regional continúa apoyando al Gobierno que critica. Núñez acusó a Sánchez de tener un comportamiento «tóxico» y «autoritario», pidiendo su renuncia para el bienestar del país.
Los líderes del PP también se refirieron a la filtración de mensajes, señalando que el PSOE debería investigar el asunto si consideran que viola la privacidad, insinuando que el filtrador podría ser alguien cercano al propio Sánchez. Moreno utilizó esta filtración para argumentar que el PSOE está experimentando una «enorme debilidad», no solo debido a su falta de mayoría en el Congreso, sino también por la división interna entre sus filas.
Jorge Azcón se alineó con Moreno al sostener que los mensajes revelan que Sánchez extraña a Ábalos y cuestionó la lógica detrás de su destitución como ministro, sugiriendo que su rol como asesor principal del presidente indica una relación continuada.
Asimismo, María Guardiola destacó la conexión de Sánchez con Ábalos, quien está involucrado en un escándalo de corrupción, y criticó cómo el presidente del Gobierno ha desestimado a sus barones, como en el caso de Guillermo Fernández Vara.
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también utilizó la ocasión para criticar el estilo de liderazgo de Sánchez, relacionándolo con tácticas de intimidación y represión hacia las discrepancias dentro del partido. Por último, estos planteamientos surgieron en un contexto donde los mensajes de Sánchez abren un nuevo capítulo en la relación entre los líderes territoriales del PSOE y el Gobierno, poniendo de relieve los conflictos internos que enfrenta el Partido Socialista.