En el fascinante y a menudo implacable mundo de los reality shows, un nombre que resonó con fuerza fue el de Nilo Manrique, quien se alzó con la victoria en la cuarta edición de «Supervivientes» en 2007, un programa que inicialmente empezó con concursantes anónimos y evolucionó para contar con la participación de personalidades conocidas en su formato. El éxito de Manrique en este reality se produjo no solo por ser una edición caracterizada por la presencia de famosos, sino también debido a su notable capacidad de supervivencia, en especial sus habilidades para la pesca, que eventualmente le granjearon el apoyo del 69% de la audiencia frente a su competidor en la final, el aclamado alpinista Juanito Oiarzabal.
Pero Nilo Manrique ya había captado la atención de los medios españoles mucho antes de su hazaña en «Supervivientes». Originario de Matanzas, Cuba, su figura cobró notoriedad en España a partir de su relación con la célebre presentadora Isabel Gemio. La pareja se conoció en 1996 durante una visita de Gemio a Cuba, lo que desencadenó un romance que llevó a Manrique a mudarse a España. Poco después, en San Sebastián de los Reyes, formalizaron su unión y adoptaron a Gustavo, un niño de Guatemala con distrofia muscular de Duchenne, y luego tuvieron a Diego, su hijo biológico. Sin embargo, tras varios años de matrimonio, la relación se deterioró, culminando en un divorcio en 2005 que se convirtió en tema de interés público por la naturaleza tormentosa de su separación.
Tras su victoria en «Supervivientes», Manrique intentó emprender un negocio en España, abriendo un bar de copas y encontrando nuevamente el amor; sin embargo, estas iniciativas no fructificaron como esperaba. Las dificultades económicas lo empujaron a retornar a Cuba, donde actualmente reside. Su vida ha tomado un giro hacia el arte, destacándose como pintor y escultor, actividades que complementa con una modesta pensión y su labor como guía turístico para sostenerse económicamente.
La relación de Manrique con Isabel Gemio ha seguido generando interés mediático, particularmente por los ataques que ha dirigido hacia su exesposa, acusándola de interferir en su relación con sus hijos. Gemio, por su lado, ha optado por mantenerse al margen de los comentarios públicos respecto a su exmarido. Hoy, Manrique es padre de tres hijos, dos con Gemio y uno de una relación anterior en Cuba, y su historia continúa siendo un tema recurrente en medios y programas televisivos.
El caso de Nilo Manrique, al igual que el de otros participantes de «Supervivientes» como Carmen Russo, ganadora en 2006, y Freddy, el concursante anónimo que se llevó la corona en 2001, pone de relieve cómo la fama y el reconocimiento adquiridos en la television pueden influir en las trayectorias personales y profesionales de los participantes, marcando un antes y un después en sus vidas, para bien o para mal, en el ojo público.
