En Montearagón, Toledo, se han iniciado las obras para la construcción de nuevas infraestructuras hidráulicas que beneficiarán a las localidades de Quero, El Toboso, Los Yébenes y La Guardia. Estas instalaciones, cuya finalización se prevé para el año 2026, se suman a otras que han sido inauguradas recientemente en la zona, como las estaciones depuradoras de aguas residuales de Cebolla, Mesegar de Tajo y Montearagón. Este desarrollo permitirá garantizar la calidad del agua vertida a los cauces, en conformidad con la Directiva Europea sobre aguas residuales, atendiendo a una población equivalente de 12.158 habitantes gracias a una inversión de 5,4 millones de euros.
La importancia de estas obras cobra relevancia si se considera el contexto histórico. La decisión de su predecesora, María Dolores de Cospedal, de paralizar en 2011 la construcción de instalaciones similares provocó un elevado coste en multas para los municipios. Según datos ofrecidos por el actual presidente, Emiliano García-Page, las multas acumuladas desde esa parálisis superan los 124 millones de euros, un montante que podría haber servido para ejecutar centenas de obras similares.
García-Page subrayó la necesidad de cumplir con la legislación nacional y europea respecto a la depuración de aguas, haciendo hincapié en que estas infraestructuras son esenciales para el desarrollo sostenible de la región, evitando así futuras sanciones. En este sentido, el presidente regional también expresó su reconocimiento a los alcaldes locales por su dedicación y trabajo en la defensa de sus comunidades.
En su intervención, García-Page no se limitó a abordar únicamente temas locales, sino que también abordó cuestiones de política internacional. Criticó el aumento del gasto militar en España, advirtiendo sobre los peligros asociados con las posturas del presidente estadounidense, Donald Trump. El presidente regional abogó por una defensa que no dependa de los intereses armamentísticos de EE. UU., argumentando que la situación actual alimenta un ciclo de conflicto y desconfianza.
El evento, que contó con la presencia de diversas autoridades locales y regionales, se inscribe dentro de un esfuerzo más amplio por reactivar la infraestructura hídrica en Castilla-La Mancha, buscando cumplir con los estándares de calidad exigidos por la normativa vigente y promover un modelo de gestión del agua más sostenible y eficiente.
