La jornada laboral en España está a punto de vivir un cambio histórico. El Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto de ley que reducirá la semana laboral máxima de las actuales 40 horas a 37,5 horas sin reducción salarial, una medida que podría beneficiar a millones de personas trabajadoras. A continuación, explicamos en qué consiste esta reforma, cuándo se aplicará, qué cambios supone y qué implicaciones tendrá tanto para empleados como para empresas.
¿Cuándo entra en vigor la nueva jornada?
Aunque inicialmente se planteó una reducción progresiva en 2024, el texto aprobado fija el 31 de diciembre de 2025 como fecha límite para que los convenios colectivos se adapten a la nueva jornada. Es decir, las empresas tienen un plazo para hacer los ajustes necesarios, pero el objetivo es que la mayoría de las personas asalariadas en España, especialmente quienes trabajan a tiempo completo, se beneficien de esta medida en poco más de un año.
¿A quién afecta?
Según los cálculos del Ministerio de Trabajo, esta reforma impactará a unos 12,5 millones de trabajadores, lo que equivale a casi el 70 % del total de asalariados del país. Entre ellos, se incluyen 10,5 millones de personas con contrato a tiempo completo y 2 millones con jornada parcial, en su mayoría mujeres.
¿Cuáles son los beneficios de trabajar 37,5 horas a la semana?
Reducir el tiempo de trabajo semanal puede traer ventajas tanto para los empleados como para las empresas. Entre los beneficios más destacados están:
- Mejor conciliación de la vida personal y laboral, con más tiempo libre.
- Menos estrés y más bienestar emocional, lo que puede traducirse en una mayor motivación.
- Incremento de la productividad, al estar más descansados y enfocados.
- Oportunidad para contratar a más personas, ya que algunas empresas necesitarán reforzar sus plantillas.
- Más tiempo para formación o desarrollo profesional, sobre todo si se aprovecha la reducción para adquirir nuevas habilidades.
¿Qué retos supone para las empresas?
Implementar esta reducción también trae ciertos desafíos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas o sectores con horarios más exigentes (como sanidad, hostelería o seguridad). Algunos de los problemas que podrían surgir son:
- Aumento de costes, si se necesita contratar a más personal para cubrir las horas reducidas.
- Reorganización de turnos y horarios, para mantener la productividad.
- Adaptación tecnológica, que será clave para hacer más con menos tiempo de trabajo.
- Garantizar la desconexión digital, un aspecto especialmente complicado en empleos donde se trabaja con dispositivos conectados.
¿Habrá recortes de sueldo?
No. La nueva jornada laboral no conllevará una rebaja salarial. Los trabajadores seguirán cobrando lo mismo por menos horas de trabajo, y quienes tengan contratos a tiempo parcial podrían incluso ver aumentado su sueldo de forma proporcional.
El nuevo control de horarios será digital
Una parte importante de esta reforma es que el registro horario seguirá siendo obligatorio, pero ya no se permitirá hacer fichajes en papel. Las empresas tendrán que implantar sistemas digitales de control de jornada, fiables y transparentes. Esto facilitará las inspecciones laborales y asegurará que se cumplen los nuevos horarios sin fraudes.
¿Cómo se compara con otros países?
España lleva con una jornada semanal de 40 horas desde 1983, pero ahora se alinea más con países como Dinamarca, Países Bajos o Noruega, donde la media está en torno a las 38 horas semanales. Otros países, como Suiza o Serbia, superan las 43 o 44 horas de trabajo a la semana.
Un cambio con potencial, pero no sin esfuerzo
La reducción de la jornada laboral es una apuesta por un modelo de trabajo más sostenible y humano, pero para que funcione bien será necesario que las empresas se preparen adecuadamente, tanto en organización como en tecnología.
Este cambio no solo busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino también aumentar la eficiencia, reducir el absentismo y fomentar entornos laborales más saludables. Las próximas semanas serán clave para seguir de cerca cómo evoluciona esta reforma en su paso por el Parlamento y cuándo se convertirá finalmente en ley.
En resumen: a partir de 2025, trabajaremos menos horas por el mismo salario. Pero el éxito de esta medida dependerá de cómo se implemente en cada empresa y de que venga acompañada de una verdadera transformación organizativa.