Bruselas – En una histórica decisión tomada el 24 de mayo de 2024, el Parlamento Europeo ha adoptado una serie de reformas legislativas destinadas a fortalecer la lucha contra el cambio climático en el continente. Este paquete de medidas, que ha sido objeto de intenso debate durante los últimos meses, promete transformar significativamente las políticas energéticas y ambientales de los países miembros de la Unión Europea.
El acuerdo, conocido como el «Pacto Verde Europeo 2.0», apunta a acelerar la transición hacia una economía baja en carbono y se centra en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 60% para el año 2030, comparado con los niveles de 1990. Se espera que estas ambiciosas metas impulsen la innovación tecnológica y la creación de empleos verdes, mientras se aumentan las inversiones en energías renovables y se mejora la eficiencia energética en diversos sectores.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró la aprobación del Pacto, calificándolo como «un momento decisivo para el futuro de nuestro planeta y nuestros hijos». En su discurso ante el Parlamento, von der Leyen destacó la importancia de actuar ahora para evitar consecuencias catastróficas del calentamiento global, subrayando que «el costo de la inacción sería infinitamente mayor que el de cualquier inversión que hagamos hoy».
Dentro de las reformas más notables del Pacto Verde Europeo 2.0, destaca la implementación de un mecanismo de ajuste en frontera por carbono, que impondrá un arancel a las importaciones de países con estándares ambientales menos estrictos. Esta medida busca proteger a las industrias europeas más limpias y evitar la «fuga de carbono», garantizando que las empresas no se trasladen a regiones con normativas ambientales más laxas.
Otro componente crucial es la creación de un Fondo de Transición Justa, que proporcionará hasta 75.000 millones de euros en asistencia financiera a comunidades y trabajadores afectados por la descarbonización, especialmente en regiones dependientes del carbón y otras industrias intensivas en carbono. Este fondo aspira a facilitar la reubicación y recualificación laboral, asegurando que la transición hacia una economía verde sea equitativa y no deje a nadie atrás.
Asimismo, se incluyeron disposiciones específicas para promover la movilidad sostenible, con inversiones substanciales en infraestructura para vehículos eléctricos y transporte público, además de la modernización de la red ferroviaria y la promoción del transporte marítimo limpio. Los nuevos estándares de emisiones para automóviles y camiones serán significativamente más estrictos, impulsando a los fabricantes de automóviles a acelerar la producción de vehículos eléctricos y de hidrógeno.
En el ámbito de la biodiversidad y el uso del suelo, se establecieron metas concretas para restaurar ecosistemas y proteger la biodiversidad europea, ampliando las áreas protegidas hasta cubrir el 30% del territorio europeo. También se prevén medidas para fomentar la agricultura sostenible, reducir el uso de pesticidas y promover prácticas agrícolas que secuestran carbono en el suelo.
La aprobación de estas medidas no estuvo exenta de polémica. Algunos países miembros expresaron preocupaciones sobre el impacto económico de las nuevas políticas, especialmente en sectores industriales clave. No obstante, la mayoría del Parlamento Europeo votó a favor del Pacto, reconociendo la urgencia de abordar la crisis climática y los beneficios a largo plazo para la economía y la salud pública.
Con la ratificación del Pacto Verde Europeo 2.0, la Unión Europea reafirma su liderazgo global en la lucha contra el cambio climático, enviando un claro mensaje a la comunidad internacional sobre la necesidad de una cooperación y compromiso continuados. Los próximos meses serán cruciales para la implementación efectiva de estas políticas y la evaluación de su impacto en el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente.
Nota de prensa UE
