El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha enfatizado que los planes hidrológicos aprobados por el Gobierno de España son inmodificables y no pueden ser derogados. Morán afirmó que la ideología política no puede determinar el contenido de estos planes, ya que son compromisos sociales compartidos y están regidos por la Directiva Marco, que establece su vigencia hasta 2027.
Morán también hizo hincapié en que los planes de cuenca son un gran pacto social por el agua en el país y que la sociedad no está dispuesta a renunciar a su derecho a un recurso común. Esto es especialmente relevante en el caso del río Tajo, ya que es la fuente de suministro de vida para quienes viven en sus alrededores. El Gobierno de España ha asumido el compromiso de dotar al Tajo de condiciones sostenibles, y los planes hidrológicos recientemente aprobados incluyen la obligación de establecer caudales ecológicos para garantizar la viabilidad de la cuenca.
Además, el IV Congreso de Restauración Fluvial ‘Restauraríos 2023’, que se celebra en Toledo, deja patente el compromiso del Gobierno en la restitución de la capacidad ecológica del río Tajo. España y Portugal, al compartir varias cuencas internacionales, se comprometen a preservarlas y trabajar juntos para mejorar la capacidad de gestión hídrica. Los resultados de este Congreso permitirán mejorar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad, a través de la restauración de la naturaleza.
El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, subrayó la importancia de la colaboración entre el Gobierno central y regional para abordar la recuperación medioambiental del río Tajo en la región. Destacó que se han logrado acuerdos importantes sobre el futuro del trasvase Tajo-Segura y la educación ambiental. La modificación de las reglas de explotación del trasvase es fundamental para asegurar un reparto coherente del agua en momentos de sequía.
Por último, Escudero mencionó las acciones de restauración en minas del Alto Tajo, como el proyecto europeo Life en Santa Engracia, que tiene como objetivo la recuperación de una zona degradada y una correcta escorrentía de las aguas al cauce fluvial del río. Este proyecto, con una inversión de 2,9 millones de euros, implica la coordinación entre España y Portugal y servirá como modelo para futuras restauraciones mineras en ambos países.