Las fuertes lluvias provocadas por la borrasca ‘Nelson’ a lo largo de esta Semana Santa han traído un alivio significativo a la Unidad Territorial de Escasez (UTE) Gasset-Torre, que tras cinco años inmersa en una situación de emergencia por escasez de agua, ha logrado pasar a un estado de normalidad. La acumulación de más de 150 hm3 de agua en sus reservas asegura el abastecimiento de las demandas hídricas de la región.
La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) anunció en un comunicado que ha desplegado un operativo a lo largo de toda la cuenca, prestando especial atención a las del Becea y Bañuelos debido a la complejidad en el manejo de sus aguas. La gestión del cauce del río Bañuelos fue particularmente desafiante por los considerables volúmenes que se aproximaban al azud de Malagón y por la situación crítica que enfrentaba la presa de Gasset.
Debido a la abultada afluencia, el canal de alimentación del embalse de Gasset fue llevado al límite de su capacidad de recepción, viéndose obligados a desviar el excedente al río Bañuelos. Este último soportó caudales que sobrepasaron los 10 m3/s. En la presa de Gasset, la seguridad fue la principal preocupación y para mantenerla se procedió a la apertura de las seis compuertas antes de que las aguas tocaran el nivel del aliviadero.
La CHG también ha informado sobre la reciente culminación de un proyecto para la presa de Gasset, que prevé ser llevado a cabo de forma inmediata con el objetivo de aumentar su seguridad. Entre las medidas a implementarse, destaca la realización de una nueva pantalla de impermeabilización.
Durante el periodo comprendido entre el 26 de marzo y el 1 de abril, la situación hidrológica de la cuenca ha experimentado una mejoría generalizada con un incremento de 731,69 hm3 en sus reservas. Los embalses administrados por la CHG han observado un aumento de 3.404,61 hm3 (40,4%) a 4.136,3 hm3 (49%). Entre los embalses del Alto Guadiana, el de Torre de Abraham reporta el aumento más significativo con 53,9 Hm3 adicionales, pasando de 68,1 a 122 hm3.
La CHG, en previsión de que las aportaciones de agua puedan seguir aumentando en los días sucesivos debido a la escorrentía de los cursos de agua, se mantiene alerta y continúa con la vigilancia de los niveles de los embalses y de los cauces para monitorizar y gestionar los posibles efectos derivados de este cambio. El seguimiento constante de estos factores ha sido una práctica estándar durante todo el evento climático.
