En una asamblea decisiva, los trabajadores y trabajadoras de Navec, la principal contratista de Repsol en Puertollano, han decidido emprender acciones de protesta si no reciben sus salarios para el próximo 10 de octubre. La votación, llevada a cabo entre los empleados, refleja una creciente frustración por los continuos retrasos en el pago de sus remuneraciones, una situación que, según fuentes internas, se ha repetido en varias ocasiones durante los últimos meses.
La medida de fuerza, programada para iniciar el 11 de octubre, ha sido impulsada por el sindicato UGT Castilla-La Mancha, que ha estado acompañado a los trabajadores en esta lucha por condiciones justas y dignas de trabajo. La organización sindical denuncia que el problema no solo afecta a la estabilidad económica de las familias involucradas, sino que también genera un clima laboral tenso y desmotivador.
El anuncio de los paros pone a la plantilla de Navec en el centro de una creciente disputa laboral, que podría tener repercusiones significativas no solo para la empresa, sino también para las operaciones de Repsol en Puertollano, un polo industrial de notable importancia en la región. Los trabajadores exigen una solución definitiva a los problemas de tesorería de Navec, que, según ellos, son la raíz de los retrasos en el pago de nóminas.
Por su parte, fuentes de Repsol han manifestado estar al tanto de la situación y han subrayado la importancia de que las partes involucradas lleguen a un acuerdo que evite interrupciones en la operatividad del complejo petroquímico. No obstante, la presión sobre la directiva de Navec continúa aumentando mientras la fecha límite se acerca.
En las próximas horas, se espera una ronda de negociaciones entre los representantes de los trabajadores y la dirección de Navec, quienes buscarán un terreno común para evitar que el conflicto escale a paros que puedan dificultar las actividades de una de las instalaciones industriales más relevantes de la zona.
Aunque el tiempo apremia, los trabajadores de Navec se mantienen firmes en su decisión, afirmando que, sin un compromiso claro y acciones concretas por parte de la empresa, los paros previstos serán inevitables. Este escenario suma otro capítulo a las tensiones sindicales en el sector industrial y se presenta como un reto para las empresas que dependen de la estabilidad laboral para mantener niveles óptimos de producción y servicio.
Fuente: UGT Castilla-La Mancha
