En su más reciente participación en el programa «100% únicos» de la cadena Cuatro, la reconocida cantante Rozalén se ha dejado ver de una manera más personal e íntima, compartiendo no solo su música sino también parte de su vida y creencias más profundas con el público y los 30 reporteros con Trastornos del Espectro Autista (TEA) que protagonizan este espacio de Shine Iberia.
Rozalén, quien ha conquistado al público con temas como ‘La puerta violeta’ e ‘Y busqué’, ha aprovechado esta plataforma para profundizar en la empatía hacia las personas con discapacidad, tema que ha sido una constante en su carrera tanto dentro como fuera de los escenarios.
Durante su intervención, la artista compartió anécdotas personales que han moldeado su carácter y su música, como la peculiar historia de amor de sus padres. «Mi papá fue sacerdote durante diez años, hasta que se enamoró de mi madre y tuvo que tomar otras decisiones. Yo fui fruto de un amor prohibido en ese momento, pero, gracias a eso, estoy aquí», comentó con emotividad.
La cantante también habló sobre la pérdida de su padre, manifestando cómo, a pesar de no tenerlo físicamente, su presencia sigue siendo fuerte y constante en su vida. Esto la ha llevado a desarrollar una sensibilidad especial hacia la ausencia y la nostalgia, temas recurrentes en su repertorio musical.
Sorprendentemente, José Bono, una figura política bien conocida, juega un papel singular en la historia de Rozalén, al haber sido elegido como su padrino. Esta anécdota y muchas más fueron compartidas, mostrando el lado humano detrás de la fama y la música.
Rozalén enfatizó la importancia de la empatía, la sensibilidad y la libertad a través de sus experiencias y canciones. Se describe a sí misma como una persona hipersensible, lo cual ve como una virtud y un defecto a la vez, dado que le permite crear música con profundidad emocional pero también la hace más susceptible al dolor del mundo.
El programa «100% únicos» ha sido un escenario donde Rozalén ha podido expresar estas facetas de su vida, mostrando la música no solo como una forma de entretenimiento sino como un medio para conectar, curar y entender profundidades mayores del ser humano, resonando particularmente con aquellos que, como ella, perciben el mundo con una intensa sensibilidad.
