Musk Declara Guerra a la Burocracia: Anuncia Planes para Disolver Agencia de Desarrollo Estadounidense Etiquetándola como ‘Nido de Víboras’

En solo dos semanas desde su toma de posesión, el presidente Donald Trump ha iniciado una serie de acciones audaces que están redefiniendo no solo la estructura interna de Estados Unidos sino también su relación con el resto del mundo. Entre estas acciones, la más reciente ha sido la controversia suscitada en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el mayor donante individual de ayuda global.

El fin de semana, se informó que Trump despidió a dos altos funcionarios de seguridad de USAID después de que impidieran el acceso a representantes del «departamento de eficiencia gubernamental» (DOGE), liderados por Elon Musk, a áreas restringidas del edificio. USAID ha sido un pilar en la asistencia global, destinando 72.000 millones de dólares en el año fiscal 2023 para diversos proyectos humanitarios.

Elon Musk, a frente del DOGE y propietario de la red social X, se ha expresado fuertemente en contra de USAID, calificándola de «un nido de víboras de marxistas radicales de izquierda» que, en su opinión, debería ser desmantelada. Musk considera que la agencia es irreparable y ha encontrado respaldo en Trump para este desmantelamiento. Este movimiento ha generado preocupación por las potenciales consecuencias en la ayuda humanitaria global, especialmente en regiones en crisis.

En otro frente, la diplomacia estadounidense muestra su dinamismo con la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a Estados Unidos. Netanyahu discutirá la segunda fase del alto el fuego acordado con Hamás en la Franja de Gaza, comenzando las negociaciones en Washington D.C. Este encuentro subraya la participación activa de Trump en los asuntos de Oriente Medio, donde también ha prometido abordar la «amenaza iraní».

Las decisiones rápidas y radicales de Trump están cambiando la cara de la política estadounidense tanto a nivel interno como internacional. Desde imponer aranceles que han incitado una guerra comercial con Canadá y México, hasta proponer recortes significativos en la fuerza laboral federal y ahora, desmantelando las estructuras de ayuda humanitaria, el presidente demuestra que su administración no teme tomar medidas drásticas para cumplir con su agenda. La velocidad a la que estas decisiones se están implementando y la magnitud de sus efectos plantean un nuevo capítulo en la historia de la política estadounidense, uno cuyas repercusiones aún están por verse.

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