El primer día de reparto de ayuda humanitaria en Gaza, controlado por Israel tras un bloqueo total de dos meses, ha resultado en caos absoluto, con miles de residentes hambrientos irrumpiendo en uno de los centros de ayuda administrados por la «Fundación Humanitaria para Gaza» (GHF), una entidad respaldada por Israel y Estados Unidos. De acuerdo con reportes, la multitud, en su desespero por obtener alimentos, se descontroló, llevando a los responsables de la distribución a realizar disparos al aire en un intento fallido por dispersarla.
A pesar de que no se han reportado heridos, la situación ha generado una enorme preocupación entre observadores internacionales y locales. Los trabajadores de la fundación se vieron obligados a retirarse para evitar víctimas ante el asedio de personas en busca de ayuda. Diversos videos difundidos en redes sociales captaron el momento en que la muchedumbre, desbordada por el hambre y la desesperación, superaba las barreras para acceder a los paquetes de comida.
Fuentes de seguridad comunicaron a medios israelíes que la situación estaba fuera de control, mientras reporteros en el lugar describían escenas de tensión con disparos de tanques israelíes en un intento por controlar a las masas. Al Jazeera informó, citando a un corresponsal en Deir el-Balah, sobre «un caos total» cuando los palestinos se congregaron para recibir la ayuda, marcando el fracaso del sistema de distribución establecido tras la prohibición de Israel sobre la entrada de ayuda humanitaria a través de agencias de las Naciones Unidas.
Este bloqueo impuesto por el gobierno de Benjamín Netanyahu, que ha detenido la mayoría de las iniciativas de ayuda por parte de ONG independientes, ha derivado en una crisis humanitaria que ha escalado rápidamente, impulsando a Israel a comprometerse a reanudar la distribución de ayuda. Sin embargo, los paquetes distribuidos, que se informó incluían cantidades mínimas de alimentos insuficientes para satisfacer las necesidades de las familias afectadas, han sido criticados por su falta de adecuación ante la severidad de la crisis alimentaria en la Franja.
La Organización de las Naciones Unidas aún no ha confirmado si la ayuda ha sido efectivamente distribuida, mientras relatos de residentes, como el de Adnan, un ciudadano de Gaza, relatan días sin comer y la imposibilidad de comprar alimentos debido a los exorbitantes precios, reflejando un deseo desesperado por una intervención más efectiva y humana en la entrega de asistencia.
La situación ha puesto de relieve no solo la escasez aguda de recursos básicos como comida y agua, sino también el impacto devastador del bloqueo en la población civil de Gaza, exacerbando una crisis humanitaria ya de por sí crítica y poniendo en cuestión la efectividad y las motivaciones detrás de las medidas impuestas por Israel y respaldadas por Estados Unidos.