En un emotivo acto de solidaridad, miles de manifestantes se congregaron este sábado en las calles de París para mostrar su apoyo a Gisèle Pelicot, víctima de unas circunstancias horripilantes, donde fue drogada por su marido durante años para ser violada por decenas de desconocidos. Este suceso, que ha conmocionado a la opinión pública, sirvió como catalizador para la protesta, donde España fue señalada como un referente en la lucha contra la violencia machista, recordando casos emblemáticos como el de ‘la Manada’.
El juicio contra Dominique Pelicot, marido de Gisèle, y otros 51 hombres acusados de participación en las violaciones, está en su décima jornada y ha reavivado el debate sobre la eficacia de la justicia y la policía en la persecución de estos delitos. Más de 2.000 personas expresaron su frustración frente al que consideran un sistema judicial laxo y una cultura policial inefectiva en la investigación y condena de las agresiones sexuales.
El clamor de la multitud, compuesta no solo por mujeres sino también por un notable número de hombres, se centró en denunciar la impunidad y la cultura de la violación. “Violador te vemos, víctima te creemos”, resonó como uno de los eslóganes principales, en un llamado a la acción contra los agresores sexuales y a un cambio en la percepción cultural sobre las víctimas.
Anne-Cécile Mailfert, de la asociación Fondation Femmes, resaltó la importancia histórica del proceso judicial actual, al revelar la alarmante frecuencia de casos similares a los de Gisèle Pelicot y la habitual desatención que sufren por parte de las autoridades. Según Mailfert, más del 90 % de las denuncias por violación no se admiten a trámite, dejando a las víctimas en un limbo de injusticia y olvido.
El caso además ha generado críticas hacia algunos representantes de la justicia, como el presidente del Tribunal Criminal de Vaucluse, por minimizar la gravedad de los hechos al referirse a ellos como “escenas de sexo” en lugar de violaciones, lo que refleja una problemática mayor de sensibilidad y comprensión frente a la violencia sexual.
En un testimonio conmovedor, la periodista franco-italiana Giulia Fois recordó la movilización en España tras el polémico caso de ‘la Manada’, donde la presión social y la persistencia del movimiento feminista logró que se revisara y endureciera la sentencia inicial. Este caso se ha convertido en un ejemplo de cómo la ciudadanía puede influir en la percepción y el tratamiento judicial de la violencia sexual.
La manifestación en París no solo fue un acto de apoyo hacia Gisèle Pelicot sino una firme declaración contra la violencia machista y la cultura patriarcal, exigiendo un cambio sustancial en la forma en que la sociedad y el sistema judicial abordan la violencia sexual. Con esperanza y determinación, los manifestantes han lanzado un mensaje claro: es hora de creer y proteger a las víctimas, en Francia y en el mundo.