La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha evitado este miércoles emitir su parecer sobre las críticas del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a la reforma de la malversación pactada por el PSOE y ERC, poniendo en valor su «sentido de la lealtad y del respeto».
García-Page, recalcando que es «muy contrario» a la decisión del Gobierno, dijo el martes que «no es tolerable pactar con delincuentes su propia condena» y subrayó que «los delincuentes» no se han arrepentido, sino que «ya están marcando su hoja de ruta» para seguir con el planteamiento de futuros posibles referéndums.
En declaraciones ante los medios en el pasillo del Congreso, Montero se ha limitado a señalar que su «sentido de la lealtad y del respeto» le «impide dar» su «opinión públicamente», insistiendo en que la opinión del presidente castellanomanchego es la suya, igual que la que pueden tener otros barones socialistas, como el aragonés, Javier Lambán y rehusando dar más detalles.
Del mismo modo, ha aprovechado para remarcar que el Gobierno de Pedro Sánchez es «transparente con todos los gobiernos», «promueve la convivencia» y «mejora el marco de diálogo». «Hoy España está mucho mejor que en 2017», ha señalado, en referencia al referéndum ilegal de independencia de 2017.
Por su parte, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha incidido ante los medios en el pasillo de la Cámara Baja en que «no comparte» las críticas de García-Page, pero ha aludido a la «libertad de expresión» del presidente autonómico.