El gobierno de Estados Unidos ha anunciado recientemente una serie de modificaciones significativas en la regulación de importaciones de automóviles y ciertas partes automotrices, con el objetivo de proteger la seguridad nacional. Esta decisión se fundamenta en un informe del Secretario de Comercio, que alertó sobre el impacto potencialmente negativo de las importaciones masivas de vehículos y componentes en la industria automotriz estadounidense.
Desde el año 2019, se han llevado a cabo investigaciones bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite al presidente tomar medidas relacionadas con el comercio si se determina que las importaciones amenazan la seguridad nacional. En sucesivas proclamaciones, el gobierno ha manifestado su preocupación por la cantidad y condiciones en que se realizan estas importaciones, llevando a la implementación de un sistema de tarifas.
A partir del 3 de abril de 2025, entrará en vigencia un nuevo esquema de tarifas que afectará a los automóviles y partes automotrices, con la intención de reducir la dependencia de la producción extranjera. Este nuevo sistema no solo busca ajustar la cantidad de importaciones, sino también incentivar la producción local, creando al mismo tiempo empleos en el sector automotriz.
En un cambio notable, el Presidente ha propuesto un ajuste en el sistema de tarifas, que permitirá a los fabricantes de automóviles recuperar parte de los costos relacionados con las tarifas sobre las piezas importadas. Los fabricantes podrán solicitar un monto de ajuste que será equivalente a un porcentaje del precio de venta sugerido de los automóviles ensamblados en Estados Unidos. Esta medida pretende equilibrar el costo adicional que enfrentarán los fabricantes debido a las nuevas tarifas.
El proceso para que los fabricantes soliciten estos ajustes se establecerá dentro de los próximos 30 días. Deberán certificar aspectos como el número de automóviles que planean ensamblar en el país y los costos de tarifas estimados por las partes importadas. Esto se enmarca en un esfuerzo más amplio del gobierno por revisar periódicamente la situación de las importaciones y tomar medidas adicionales si es necesario.
El anuncio ha sido recibido con diversas reacciones en la industria, algunos apoyan la medida al verla como una protección necesaria para la manufactura local, mientras que otros expresan preocupación por el aumento de precios que podría resultar de las tarifas. Los próximos meses serán cruciales para observar cómo estas políticas impactarán en la competitividad y en la dinámica del sector automotriz en Estados Unidos.
Fuente: WhiteHouse.gov