En un momento crítico para la seguridad alimentaria de Estados Unidos, la Casa Blanca ha lanzado una iniciativa destinada a abordar los riesgos de seguridad asociados con prácticas de fijación de precios y comportamientos anticompetitivos que afectan la cadena de suministro de alimentos. La administración reconoce que un suministro alimentario asequible y seguro es fundamental para la estabilidad económica y la seguridad nacional del país, pero la influencia de corporaciones extranjeras y la posible colusión han intensificado estas preocupaciones.
El reciente impulso en este ámbito se ha visto impulsado por casos en los que varias empresas del sector alimentario han llegado a acuerdos por millones de dólares tras ser acusadas de fijación de precios. Las palabras de la administración son claras: la vulnerabilidad del sector alimentario —que incluye procesamiento de carne, semillas, fertilizantes y equipos— a prácticas anticompetitivas podría estar incrementando el costo de vida para los estadounidenses, lo que plantea un riesgo tanto económico como de seguridad nacional.
Para enfrentar esta situación, se establecerán dos Fuerzas de Tarea de Seguridad de la Cadena de Suministro de Alimentos, una bajo el Departamento de Justicia y otra bajo la Comisión Federal de Comercio (FTC). Estas entidades emprenderán investigaciones que permitan determinar si las prácticas anticompetitivas y el control extranjero sobre estas industrias están aumentando los costos de los productos alimenticios en el país. La administración se compromete a tomar medidas correctivas, lo que podría incluir acciones legales si se descubre colusión criminal.
En este contexto, el Attorney General y el Presidente de la FTC también deberán proporcionar informes periódicos al Congreso sobre sus hallazgos y recomendaciones. Sin embargo, se garantiza que las investigaciones en curso y otra información confidencial no se comprometerán durante estas comunicaciones.
Este esfuerzo, que se inició con una orden emitida el 6 de diciembre de 2025, también enfatiza que las acciones se llevarán a cabo dentro del marco legal y estarán sujetas a la disponibilidad de fondos, marcando un paso importante hacia la regulación eficaz del sector alimentario en un panorama que se encuentra bajo la presión de prácticas desleales en un mercado globalizado.
Mientras el futuro de la seguridad alimentaria de la nación está en juego, este movimiento subraya la intención de la administración de enfrentar los problemas de raíz para asegurar que todos los estadounidenses tengan acceso a alimentos asequibles y de calidad. La lucha contra la fijación de precios y la competencia desleal no solo es una cuestión económica; es una causa que afecta directamente la vida cotidiana de millones de ciudadanos.
Fuente: WhiteHouse.gov
















