La violencia política en Colombia ha cobrado un nuevo y alarmante capítulo con el reciente ataque contra Miguel Uribe Turbay, senador y destacado precandidato conservador para las elecciones presidenciales de 2026. Uribe Turbay, de 39 años, se encuentra en estado crítico tras ser víctima de un atentado con arma de fuego durante un mitin en Bogotá. Este suceso ha conmocionado al ámbito político nacional e internacional, destacando su prominente rol como figura refrescante dentro del movimiento uribista, con fuertes lazos al expresidente Álvaro Uribe.
Nacido en una familia con profundos orígenes políticos, Uribe Turbay es hijo del exconcejal conservador Miguel Uribe Londoño y ha sabido combinar su legado con una sólida formación educativa. Cursó Derecho y un máster en Políticas Públicas en la Universidad de los Andes, seguido de un máster en Administración Pública en la prestigiosa Universidad de Harvard. Su carrera política comenzó temprano cuando, a los 25 años, asumió cargos en el Concejo de Bogotá por el Partido Liberal, para luego en 2016 convertirse en el secretario de Gobierno más joven de la ciudad, durante la administración del alcalde Enrique Peñalosa.
Uribe Turbay ha mantenido una presencia constante y ascendente en la política colombiana, intentado sin éxito alcanzar la alcaldía de Bogotá en 2019 en representación de una coalición diversa. A pesar de su derrota en las urnas frente a Claudia López, su camino político siguió en ascenso, convirtiéndose en el senador en lista abierta más votado del país en 2022. Recientemente, confirmó su precandidatura a la presidencia por el partido Centro Democrático, liderando las encuestas para el próximo periodo electoral.
En otro contexto, la política estadounidense experimenta tensiones entre personalidades de alta influencia. El expresidente Donald Trump advirtió a Elon Musk sobre las «graves consecuencias» de apoyar a candidatos demócratas, marcando un episodio más de confrontación entre grandes figuras públicas y el espectro político de Estados Unidos. Este hecho resalta la complejidad de las relaciones entre el sector empresarial y el político en la actualidad.
El intento de asesinato a Uribe Turbay resalta la persistente violencia política en Colombia, un país que ha visto cómo este flagelo afecta a sus líderes y pone en riesgo la estabilidad política y social. El ataque ha generado un amplio repudio y ha reunido a diferentes sectores en apoyo a la recuperación del senador, esperando que este suceso no augure una escalada de violencia en el marco de las próximas elecciones presidenciales. La comunidad internacional mantiene su atención en Colombia, esperando una pronta y total recuperación de Uribe Turbay y una investigación exhaustiva que lleve a la justicia a los responsables de este acto condenable.
