Con emoción, entrega y pasión, Miguel Esteban ha celebrado este domingo su tradicional Fiesta de la Jota Pujada, un evento recién nombrado de Interés Turístico Regional. Manteniendo un legado que data del siglo XVIII, la fiesta ha congregado a centenas de migueletes en la carpa municipal, quienes se han dispuesto en el tradicional ‘corro’. En este espacio, los grupos de cuatro personas han entrado bailando al compás de las pujas, según información proporcionada por el Consistorio.
La fiesta dio inicio con el ceremonioso tremolar de la bandera, honrada por los Capitanes 2024, Lucía Lara y Juan José Peinado, abuela y nieto respectivamente. Lucía Lara, con 87 años, marcó un hito al ser la capitana de mayor edad de la historia de la Jota Pujada, conmoviendo a los asistentes al ondear la bandera española al ritmo de un vals y realizando el sueño de su vida. A causa de la lluvia, la celebración no pudo llevarse a cabo en su ubicación habitual, al pie de la estatua de la vendimiadora.
Tras el acto de los Capitanes 2024, se sumaron otros miembros de la comunidad en el ‘corro’, incluyendo al alcalde Marcelino Casas, junto a los concejales de Festejos, Turismo, Juventud y Cultura, quienes también disfrutaron del baile de la Jota.
El alcalde Casas enfatizó que la obtención del reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Regional representa un triunfo no solo municipal, sino también de sus habitantes, quienes han logrado preservar una tradición tricentenaria. Además, resaltó el elemento intergeneracional simbolizado por los capitanes de este año.
La concejala de Festejos, Pilar Lara, expresó su gratitud hacia la comunidad y enfatizó en la elevada participación en el desfile que incluyó comparsas y grupos de carnaval, pese a las condiciones climáticas adversas.
Por su parte, los Capitanes 2024 expresaron su orgullo y emoción. Lucía Lara manifestó sentirse lo suficientemente fuerte tanto para ondear la bandera como para danzar, mientras que Juan José Peinado compartió la satisfacción de cumplir el sueño de su abuela y vivir este momento juntos.
El concejal de Cultura, Eugenio Caravaca, junto al animero Miguel Ángel Martínez, comentó sobre el fervor de las pujas, que llegaron hasta las 50.000 pesetas por bailar una jota, y cómo el reconocimiento turístico amplifica la emoción del evento.
La Banda Municipal de Música, bajo la dirección de Ángel Esquinas, interpretó las melodías que acompañan la jota migueleta y la jota campesina, animando a los bailarines y aportando a la alegría de la fiesta.
El dinero recaudado gracias a las pujas, que en otros tiempos se destinaba a las misas por las ánimas, hoy en día se entrega a la Banda Municipal de Música, honrando su implicación crucial y persistente en esta celebración que perdura en el tiempo y en el corazón de la comunidad de Miguel Esteban.
