Castilla-La Mancha presenta una preocupante falta de representación femenina en los niveles de dirección de las empresas, según se revela en el informe ‘Mujeres y dirección’ elaborado por Comisiones Obreras (CCOO) de la región. Este estudio pone de manifiesto que, cuando las mujeres logran acceder a puestos directivos, tienden a concentrarse en funciones administrativas que les otorgan un poder de decisión limitado y escasas oportunidades para hacer aportaciones estratégicas, lo que restringe aún más sus posibilidades de ascenso profesional.
El informe revela que, a pesar de que a nivel global se ha observado una disminución progresiva de la brecha de género en el liderazgo empresarial, las mujeres continúan enfrentando serias dificultades para avanzar en sus carreras y alcanzar posiciones de dirección. Según Rosario Martínez, secretaria de Mujeres y Políticas LGTBI de CCOO en Castilla-La Mancha, factores como la segregación laboral, el llamado «techo de cristal», el «suelo pegajoso» y las «paredes de cristal» obligan a las mujeres a concentrarse en ocupaciones con menor valor social y remuneración, a menudo relegándolas a la base de la pirámide económica.
Además de esta falta de representación en la toma de decisiones, las condiciones laborales de las mujeres son notablemente más precarias. El sindicato destaca que el 72,9% de las trabajadoras con contratos indefinidos a tiempo parcial son mujeres, así como el 65,6% de las que tienen contratos temporales a tiempo parcial y el 56,2% en contratos temporales a tiempo completo. Asimismo, las mujeres suelen asumir la mayor parte de las responsabilidades de cuidado, con un 88,7% de las excedencias solicitadas para cuidar a hijos y un 75,2% para atender a familiares, cifras que reflejan una carga desigual en las tareas familiares.
CCOO Castilla-La Mancha alerta de que esta infrarrepresentación femenina en las altas esferas empresariales está directamente relacionada con las políticas de contratación, promoción y conciliación implementadas en las empresas. El informe apunta que, a pesar de los avances en comparación con décadas anteriores, el liderazgo femenino sigue siendo minoritario tanto en el ámbito regional como en el nacional, y subraya que aún queda mucho trabajo por delante para conseguir una igualdad real y efectiva en el entorno empresarial.