En otra noche de Eurovisión que seguramente España querrá olvidar pronto, Melody, la representante española, terminó en un decepcionante 24º lugar en el certamen de 2025, una posición incluso dos lugares por debajo de la alcanzada por Nebulossa el año anterior. A pesar de entregar una actuación apasionada, este resultado subraya las dificultades continuas de España en este evento paneuropeo de música, que cada año parece alejarse más del gusto musical del continente.
Desde la capital austriaca, el joven JJ, de ascendencia filipina, emergió como el ganador indiscutible de este año con su tema «Wasted Love», acumulando un impresionante total de 436 puntos. Esta victoria supone un hito tanto para Austria como para JJ, cuya actuación encantó no solo al jurado sino también a los espectadores de todo el continente, colocándose por delante de la israelí Yuval Raphael.
Las primeras indicaciones daban esperanza a la candidatura de Melody; España comenzó ganando puntos con las valoraciones de los tres primeros jurados profesionales. Sin embargo, la esperanza se desvaneció rápidamente cuando ocho países consecutivos pasaron por alto la aportación de Melody, indicando una clara desconexión entre su propuesta «Esa diva» y el gusto europeo predominante.
Con votos de apenas cinco de los 37 países participantes, el apoyo a Melody fue escaso, destacando las ausencias notorias de vecinos históricos como Portugal e Italia. Finalmente, con solo 27 puntos de los jurados profesionales y una añadidura mínima del tele voto, la artista sevillana apenas evitó el último lugar, marcando otro capítulo de desilusión para España en su historial de Eurovisión.
Curiosamente, en un giro irónico de la suerte, España otorgó su puntuación de 12 puntos a Israel por segundo año consecutivo, mostrando un patrón de predilección que contrasta con la recepción fría que sus propias propuestas parecen tener entre el público y jurados europeos.
Esta edición deja varias interrogantes: ¿Es hora de que España revise profundamente su proceso de selección y estrategia para Eurovisión? ¿Cómo puede el país adaptarse mejor a los gustos musicales cambiantes de Europa? Mientras tanto, el triunfo de JJ simboliza un nuevo horizonte musical para Austria y pone el listón alto para los futuros concursantes de Eurovisión, demostrando una vez más que este festival es tan impredecible como siempre.