En las sombras de lo que una vez fue un refugio de esperanza y alivio, el hospital de Al-Shifa en Gaza se ha transformado en un desolador recordatorio de las atrocidades de la guerra. El Dr. Firas A., un cirujano que ha sido testigo de primera mano de la devastación, relata cómo el hospital se convirtió en un símbolo de muerte en lugar de vida. Los ataques que inicialmente fueron percibidos como errores pronto revelaron una cruda realidad: la indiferencia internacional frente a la masacre indiscriminada en Gaza.
Las reglas del Derecho Internacional Humanitario, diseñadas para proteger a los civiles en tiempos de conflicto, parecieron evaporarse en el asedio de Gaza. A pesar de que el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 otorgaba a Israel un marco jurídico para la autodefensa, la ejecución de esta defensa cruzó rápidamente los límites hacia crímenes de guerra, con ataques indiscriminados contra infraestructuras civiles, incluyendo hospitales como Al-Shifa, que deberían ser santuarios neutrales.
El Dr. Raed, junto con otros miembros del personal médico, describe cómo la idea de evacuar nunca fue una opción considerada, incluso frente a las advertencias de ataques inminentes. La realidad de una Gaza asediada, enfrentando la brutalidad y violaciones flagrantes de derechos humanos por parte de Israel, se hace palpable en los testimonios de los médicos y trabajadores sanitarios que han visto demasiado dolor, sufrimiento, y muerte.
En este contexto de desesperación, el derecho a la atención médica y a salvar vidas ha perdido su carácter apolítico. Familias enteras desplazadas, hospitales en colapso, y una salud pública en crisis reflejan la urgencia de una intervención humanitaria. Imágenes satelitales y reportes de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) muestran un panorama desolador: de los 36 hospitales en Gaza, solo 17 operan de manera parcial y bajo condiciones lamentables.
Más allá de los relatos de horror y deshumanización, emerge una crítica a la comunidad internacional y a la impunidad con la que actúan ciertos estados. La guerra en Gaza, que ha visto morir a cientos de trabajadores humanitarios y médicos, plantea preguntas urgentes sobre los límites de la guerra, la responsabilidad ética y legal de los Estados, y el rol de la comunidad internacional ante evidencias de crímenes de guerra y posiblemente, genocidio.
Este conflicto, con hospitales transformados en tumbas masivas y un sistema de salud al borde del colapso, desafía nuestra comprensión de los derechos humanos y nos insta a reflexionar sobre nuestra capacidad colectiva para prevenir tales atrocidades en el futuro. Un año después, los hospitales de Gaza ya no solo simbolizan el fracaso de un estado, sino el fracaso de la humanidad para proteger a los más vulnerables en tiempos de guerra.