El debate sobre la eficiencia de las estufas de pellets se intensifica al considerar no solo su capacidad para utilizar una fuente de energía renovable y limpia sino también su consumo eléctrico. Aunque el pellet ofrece un alto poder calorífico a un costo relativamente bajo en comparación con la leña, estas estufas requieren electricidad para funcionar adecuadamente. Este consumo eléctrico, generado por componentes electrónicos esenciales para el encendido, la alimentación de los quemadores, el control de la combustión y la ventilación, puede variar según el modelo y el uso de la estufa.
El momento de mayor consumo eléctrico ocurre durante el encendido, donde se pueden alcanzar los 200 vatios, mientras que el mantenimiento de la llama requiere menos energía, oscilando entre 60 y 150 vatios por hora dependiendo del modelo. Para optimizar este consumo, se recomienda mantener la estufa encendida durante periodos continuos en lugar de encenderla y apagarla repetidamente, aprovechando además el sistema eléctrico para regular la temperatura y el consumo de combustible de manera eficiente.
En términos de costos, el consumo eléctrico de una estufa de pellets es significativamente menor en comparación con sistemas de calefacción eléctrica tradicionales. Con un consumo medio estimado de 150 vatios por hora, el gasto diario en electricidad podría ser tan solo de 30 céntimos si la estufa se utiliza durante 10 horas, lo que se traduce en aproximadamente 9 euros al mes. A pesar del reciente aumento en el precio del pellet, que se sitúa en torno a los 7 euros por 15 kilos en 2023, este sistema de calefacción sigue siendo más económico que otras alternativas.
Para maximizar el ahorro y la eficiencia, se aconseja invertir en estufas de alta eficiencia térmica y adquirir pellet de calidad en grandes cantidades. Además, es crucial realizar un mantenimiento adecuado y asegurar una ventilación correcta para optimizar la distribución del calor en el hogar.
