El lunes 10 de julio, la Plataforma Activismo Ambiental de Casas de Haro, miembro de Pueblos Vivos Cuenca, presentó 849 alegaciones en el registro del Ayuntamiento de la localidad manchega en contra del proyecto de macrogranja porcina de 1.990 cabezas. El elevado número de alegaciones demuestra el profundo apoyo que ha recibido la causa, tanto por parte de los residentes actuales como de los originarios del municipio, cuya población es de 844 habitantes.
Las alegaciones se basan en una serie de deficiencias detectadas en el proyecto presentado. Entre las irregularidades señaladas se encuentran la falta de autorización expresa de los propietarios de las parcelas que se utilizarán para el vertido de residuos (purines), a pesar de ser esta una obligación legal. Además, no se presenta ninguna prueba que acredite la titularidad de la parcela donde se situará la granja.
El proyecto también incurre en deficiencias en el ámbito urbanístico. No se ha aportado un certificado de compatibilidad urbanística y no se ha tenido en cuenta la proximidad de una vivienda a 300 metros de la futura macrogranja y de la aldea de Casas del Monte Viejo, situada a solo 1.150 metros de distancia.
Otra de las fallas del proyecto es la imprecisión en la información relativa a los vientos, que favorecerían la llegada de olores al municipio. La plataforma vecinal ha señalado que las coordenadas que figuran en la rosa de vientos corresponden a Pamplona, no a Casas de Haro.
La Plataforma Activismo Ambiental de Casas de Haro tiene previsto continuar su oposición al proyecto y prepara una charla informativa en colaboración con Pueblos Vivos Cuenca para este verano. El objetivo es explicar a la población local las implicaciones que tendría la instalación de esta macrogranja de cerdos.
El municipio está declarado como zona vulnerable a nitratos por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y se teme que la construcción de la macrogranja agrave la ya existente contaminación del agua subterránea con nitratos. Según la Asociación Pueblos Vivos Cuenca, el agua de abastecimiento ya alcanzó los 43 mg/l en 2022, acercándose peligrosamente al límite de 50 mg/l.
Por otra parte, el alto consumo de agua de la macrogranja, estimado en 7 millones de litros al año según el proyecto, plantea también serias preocupaciones ambientales.
Remedios Bobillo, presidenta de la Asociación Pueblos Vivos Cuenca, ha calificado el proyecto como una amenaza para la vida rural, alertando que «la macrogranja cerraría el paso a otras posibles vías de desarrollo de Casas de Haro, ya que su futuro pasaría por purines, moscas y malos olores». Bobillo también advirtió sobre la probabilidad de que, una vez construida la granja, se solicite una ampliación, como ya ha ocurrido en otros casos.
La Asociación Pueblos Vivos Cuenca está compuesta por movimientos vecinales de diversas localidades, además de Ecologistas en Acción Cuenca y Ecologistas de la Manchuela. Juntos, estos grupos luchan por un desarrollo rural sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
