En un reciente episodio del programa «First Dates», Martí, apodado «La sonrisa de Andorra», ha logrado captar la atención de la audiencia y del anfitrión Carlos Sobera, gracias a su singular hobby: la lucha libre. A la edad de 20 años y siendo estudiante de Relaciones Laborales, Martí combina sus estudios con su pasión por la lucha libre, un deporte que considera tanto una forma de entretenimiento como una extensión de su personalidad.
La revelación de esta peculiar afición generó un interesante punto de discusión durante su cita con Paula, una joven aventurera con quien esperaba encontrar algo más que una simple conexión. A pesar de la curiosidad inicial, la afición de Martí por la lucha libre y sus gustos musicales divergentes presentaron un obstáculo en su intento por establecer una conexión más profunda. Paula admitió respetar a Martí y elogió su físico, sin embargo, sintió que sus intereses eran demasiado diferentes como para considerar una relación futura entre ellos.
El caso de Martí y Paula ilustra cómo las preferencias personales, especialmente en cuanto a hobbies y música, juegan un papel crucial en la compatibilidad de una pareja. A pesar de su decepción, la experiencia de Martí en «First Dates» subraya la importancia de compartir intereses y valores comunes en la formación de relaciones potencialmente duraderas, representando un desafío constante en el panorama de las citas modernas.
