El regreso a España de Marta Rovira, secretaria general de Esquerra Republicana (ERC), está próximo tras el archivo del caso Tsunami Democràtic. Este paso marca el fin de una etapa crítica en la respuesta judicial al procés independentista catalán, del cual Rovira fue una figura central. Su vuelta no solo alivia la tensión interna dentro de ERC, sino que también tiene implicaciones significativas para la política catalana, especialmente en un momento en que el partido enfrenta desafíos electorales y de liderazgo.
Durante una entrevista en la emisora RAC-1, Marta Rovira expresó su deseo de participar en la Asamblea de Mujeres de ERC este sábado. «Me gustaría mucho volver para poder participar en la Asamblea de Mujeres de ERC y acabar con las conexiones por pantalla. Tenemos que terminar de ver si es posible, pero me encantaría», dijo emocionada. Esta posibilidad se abrió tras la decisión del magistrado Manuel García-Castellón de archivar la causa sobre Tsunami Democràtic debido a un error formal en los plazos de la investigación. Rovira, junto con Carles Puigdemont y Rubén Wagensberg, estaba imputada por terrorismo en este proceso.
Sobre Marta Rovira pesaba un cargo por desobediencia relacionado con su papel en el procés, el cual fue amnistiado el 1 de julio por el magistrado Pablo Llarena. Con el archivo del caso Tsunami, el camino para su regreso temporal a España se ha despejado. La Asamblea de ERC, que se celebrará en Olesa de Montserrat, ofrecerá una oportunidad para que Rovira participe presencialmente, consolidando su posición en el partido y posiblemente marcando un punto de inflexión en la pugna interna con Oriol Junqueras.
La Asamblea de ERC será una plataforma crucial para Rovira, quien ha estado liderando el partido desde el extranjero mediante conexiones telemáticas desde su exilio en Suiza desde marzo de 2018. La exvicepresidenta del Gobierno sigue siendo una figura influyente dentro del partido y su presencia física podría fortalecer su posición en las negociaciones de investidura y en la resolución de conflictos internos.
Negociaciones de investidura
ERC se encuentra en un momento clave de negociación para un posible pacto de investidura con el socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Las bases del partido decidirán en una consulta su posición sobre la investidura antes del 25 de agosto. Rovira ha instado al PSC y a Junts a alcanzar un preacuerdo antes de finales de julio para evitar la repetición electoral. Su regreso podría agilizar estas negociaciones y calmar las dudas dentro de los cuadros territoriales del partido.
Marta Rovira ha subrayado la importancia de que el PSOE cumpla con los acuerdos pendientes antes de que ERC pueda dar su apoyo. La portavoz republicana, Raquel Sans, ha afirmado que las negociaciones avanzan a buen ritmo. Los votos de ERC son esenciales para que Salvador Illa sea elegido presidente de la Generalitat, junto con los votos de los comunes. Aunque ERC no entraría de momento en el Ejecutivo, su influencia desde fuera sería significativa.
Además del acuerdo de investidura, ERC está pendiente de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera el próximo lunes. En esta reunión, se espera discutir la quita de deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), lo cual es crucial para la Generalitat, que podría ver condonados 15.000 millones de euros. La consejera catalana de Economía en funciones, Natàlia Mas, asistirá a esta reunión para defender un nuevo modelo de financiación autonómica.
La Generalitat también espera avances en otros proyectos, como la desaladora de Foix y la ampliación de la de Tordera, cuya ejecución ha sido considerada tardía. Estos gestos son vistos como pasos necesarios para asegurar el compromiso del Gobierno central con Cataluña.
El regreso de Marta Rovira a España representa un hito significativo tanto para ella como para ERC. Su participación en la Asamblea de ERC y en las negociaciones de investidura podría influir decisivamente en el futuro político de Cataluña. La resolución de su situación judicial y su retorno físico ofrecen una nueva dinámica en la política catalana, justo cuando ERC necesita consolidar su liderazgo y definir su estrategia frente a los desafíos actuales.