Castilla-La Mancha será sede de una competición destacada en el ámbito del balonmano juvenil, prometiendo emociones fuertes y talento en abundancia. Del 1 al 4 de mayo, la región se enorgullece en acoger la segunda fase del Campeonato Estatal Juvenil de balonmano, un evento que reúne a equipos de todo el país en una pugna por el liderazgo y la excelencia deportiva. Surgen de esta tierra castellanomanchega, cuatro equipos con la determinación de dejar su huella en la competición, destacándose entre ellos, tres formaciones oriundas de Ciudad Real: Marianistas, presente tanto en la división masculina como femenina, y el BM Pozuelo en la categoría femenina, cada cual con la mira puesta en superar esta fase para seguir avanzando en el campeonato.
La competición promete ser un despliegue de habilidad y espíritu competitivo, especialmente para el Marianistas masculino, que ostentando el título de campeón regional, tiene la ventaja de jugar como local. Este equipo se enfrentará a rivales de calibre como el Anaitasuna de Pamplona, el Villafranca extremeño, y el renombrado Granollers de Cataluña, en luchas que prometen ser de alto voltaje. Solo el primer clasificado de este y cada grupo podrá continuar el camino hacia la gloria nacional, subiendo la presión a cada partido hasta convertirlo en una final por sí misma. Por otro lado, el equipo juvenil femenino de Marianistas también se enfrentará a un desafío similar, debiendo demostrar su valía contra equipos de Sant Joan Despí, Morvedre, y Montequinto en busca de su pase a la siguiente ronda.
El tercer representante de Ciudad Real, el BM Pozuelo juvenil femenino, no queda atrás en su embestida por alcanzar la fase final del torneo. Bajo la batuta de Eusebio Angulo y portando el estandarte de subcampeonas de Castilla-La Mancha, estas jóvenes se medirán con las fuertes escuadras de Roquetas, Secar de la Real y Granollers en tierras almerienses. La competencia se pronostica intensa, con cada equipo sabiendo que solo el campeón de cada grupo tendrá el honor y la oportunidad de disputar el título nacional, colocando cada encuentro en este campeonato a la altura de una verdadera final. Así, Castilla-La Mancha no solo será anfitriona, sino también ferviente partícipe en una contienda que celebra lo mejor del balonmano juvenil español.