Después de tan solo una semana al aire, el programa «Ni que fuéramos» se ha catapultado al centro de la atención mediática, su estreno ha estado repleto de controversias y momentos impactantes. Emitido en Canal Quickie de lunes a viernes de 16:00 a 19:00, este nuevo formato ha sido descrito como el sucesor espiritual de «Sálvame», prometiendo seguir la misma línea de entretenimiento y escándalos que caracterizó a su predecesor.
La primera semana del programa ha coincidido con uno de los sucesos más comentados de la televisión reciente: la expulsión disciplinaria de Ángel Cristo Jr. de «Supervivientes 2024». El hijo de Bárbara Rey, tras una fuerte discusión con Aurah Ruiz, rompió las reglas del reality escapando del perímetro de seguridad de la isla, lo que llevó a su búsqueda durante más de tres horas y su posterior expulsión el martes, 21 de mayo.
Este incidente sirvió de catalizador para que María Patiño, una de las caras más reconocidas de «Ni que fuéramos», abandonara momentáneamente su rol de presentadora para compartir su opinión sobre lo ocurrido, demostrando desde el inicio que este nuevo programa no se iba a alejar de la polémica. Patiño criticó la actitud de Cristo, sugiriendo que su comportamiento era premeditado y que actuaba con una frialdad calculada al quebrantar las normas del programa.
La presentadora también puso en tela de juicio el papel de la organización de «Supervivientes» y la complicidad que insinuó existir alrededor del silencio sobre ciertos temas delicados. Con la afirmación de Patiño sobre Ángel Cristo, acusando a su madre de maltrato sin que existiera una condena formal, se desató un debate sobre la responsabilidad de los medios y de los participantes en estos reality shows, especialmente cuando se tratan asuntos tan sensibles.
En medio de estos comentarios, se produjo un momento destacado que puso de manifiesto la intensidad y la seriedad con la que el equipo de «Ni que fuéramos» pretende abordar los sucesos del mundo del espectáculo. Belén Esteban, sumándose a la conversación, señaló que Cristo sabía exactamente cuándo y cómo revelar el incidente con Arantxa del Sol, marcando un precedente sobre cómo el programa no dudará en adentrarse en los temas más espinosos y polémicos.
Los primeros siete días de «Ni que fuéramos» en ‘streaming’ han estado marcados por la controversia, el análisis franco y una audiencia expectante de cómo este nuevo espacio se desenvolverá en el saturado mundo del entretenimiento televisivo español. Con lo ocurrido hasta ahora, queda claro que el programa no solo busca mantenerse fiel al legado de «Sálvame», sino también empujar los límites de lo que se puede esperar de un talk show en la era del ‘streaming’.
