La aparición de Aitana en el popular programa «La revuelta» no solo capturó la atención del público durante su emisión, sino que también ha generado un amplio debate en otros espacios televisivos, siendo uno de los más notorios el ocurrido este jueves, 20 de febrero, en el plató de «Ni que fuéramos». La crítica más vehemente vino de la mano de María Patiño, quien expresó su descontento con la manera en que David Broncano, presentador de «La revuelta», aborda el tema de la prensa del corazón.
Durante la entrevista, se vivió un momento particularmente comentado en el que Broncano compartió una anécdota sobre cómo él y su pareja engañaron a los paparazzis, fingiendo una boda inexistente. Aitana, entre risas, aplaudió la iniciativa, sugiriendo que podría emplear una estrategia similar. Este comportamiento no fue del agrado de Patiño, quien criticó lo que percibió como una actitud de superioridad moral por parte de Broncano, un sentimiento que, según ella, se mantiene común entre ciertos sectores más intelectuales.
La discusión en el plató de «Ni que fuéramos» no se limitó a las palabras de Patiño. Belén Esteban y Kiko Matamoros se sumaron al debate, ofreciendo su punto de vista sobre la validez de la prensa del corazón como entretenimiento. A pesar de las diferentes opiniones, el núcleo de la crítica de Patiño giró en torno al respeto hacia el género del entretenimiento y el trato equitativo hacia quienes forman parte del mismo.
María Patiño también recalcó la diferencia entre aquellos que son objeto de interés público debido a su profesión, y aquellos que buscan estarlo. Su intervención esbozó un claro malestar no solo por la actitud percibida durante la entrevista de Aitana sino también por experiencias personales en el programa de Broncano. La presentadora aprecia el trabajo del humorista, pero no su presunta falta de respeto hacia el género de entretenimiento que tanto ella como otros colegas representan.
El intercambio de opiniones en «Ni que fuéramos» refleja una tensión más amplia sobre la percepción y valor del periodismo del corazón en la esfera mediática. Ante las cámaras, estos debates invitan a la audiencia a reflexionar sobre los límites del humor, el respeto profesional y el papel de la prensa rosa en la sociedad actual. A pesar de las críticas, tanto de María Patiño como de otros colaboradores, el incidente no ha escalado a mayores, evidenciando una cierta capacidad de la industria por autorreflexionar y, tal vez, autocorregir sus excesos.