La emblemática «niña del pompón», María Figueroa, ha sorprendido al público y al jurado al regresar a los escenarios dos décadas después durante la más reciente edición de Factor X, programa que marca su propia vuelta a la televisión. Su aparición generó una mezcla de nostalgia y sorpresa entre quienes la recordaban y aquellos que, como la jurado Lali, no tenían conocimiento de su famosa actuación infantil. La inolvidable canción que entonaba de niña, relacionada con los pompones y la inocencia de su juventud, resurgió en el escenario en un emotivo “flashback” por parte del jurado, dejándolos prácticamente sin palabras al confirmar que, efectivamente, se trataba de la misma María.
Ya no siendo la niña que España recordaba, María Figueroa se presentó como una adulta, mostrando un cambio radical desde aquellos días de pompones y ternura. Sin embargo, ella no perdió esa esencia que cautivó a muchos, lo cual la llevó a realizar una audición para Factor X, buscando una vez más conquistar el mundo de la música desde un escenario que le es familiar pero bajo un nuevo reflector. Su regreso no solo fue un recuento de recuerdos para la audiencia y el jurado, sino también un desafío personal al volver a competir en la industria musical con una imagen y voz renovadas.
El nombre de María Figueroa resonó con familiaridad entre el jurado al momento de su audición, generando expectativa y sorpresa, especialmente cuando Abraham Mateo la reconoció inmediatamente. Acompañada de su madre, su participación se convirtió en un recordatorio del impacto que tuvo en su infancia y una demostración de su evolución artística.
A pesar de los cambios físicos y vocales, María conserva aquellos ojos y la dulzura en su mirada que la caracterizaron en sus inicios. Ahora busca establecerse como una estrella pop, demostrando que, a pesar del paso del tiempo y el abandono de la imagen infantil por la que se le conocía, sigue manteniendo la capacidad de cautivar al público. Su participación en Factor X no solo fue un regreso a sus raíces musicales, sino un paso adelante en su carrera, mostrando a todos que «la niña del pompón» ha crecido, pero su esencia y talento permanecen intactos.