El Premio Nobel de la Paz 2025 ha sido concedido a María Corina Machado, una figura emblemática de la oposición venezolana, reconocida por su tenaz lucha por los derechos humanos y la democracia en un país asolado por la represión. El Comité Noruego del Nobel destacó su “incansable esfuerzo” y su papel como líder unificadora en la oposición, especialmente en un contexto donde muchos han optado por el exilio ante las amenazas del régimen de Nicolás Maduro. Teniendo que enfrentar persecuciones políticas, Machado se ha mantenido en su suelo natal, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y resistencia para millones.
Machado, ingeniera e influyente activista política, ha estado en el ojo del huracán desde que fundó la organización civil Súmate, orientada a promover la transparencia electoral y la participación ciudadana. Durante su paso por la Asamblea Nacional, se convirtió en la diputada más votada de la historia. Sin embargo, su compromiso con la democracia le costó el escaño en 2014 y desde entonces ha sufrido un continuo acoso por parte del régimen. A pesar de las restricciones, sus mensajes de fortaleza y la promesa de un futuro sin socialismo han resonado profundamente entre sus seguidores, quienes ven en ella una figura capaz de cerrar el capítulo de la dictadura en Venezuela.
El galardón sitúa a Machado entre las voces más relevantes en la lucha por la paz a nivel global, resaltando su enfoque en la resistencia cívica como camino hacia el cambio. A través de su activismo, ha expuesto las violaciones de derechos humanos que padece su país, resonando no solo en América Latina sino en todo el mundo. En sus declaraciones, ha enfatizado que su lucha es tanto política como moral, manifestando que, a pesar del miedo, el pueblo venezolano se mantiene firme en su búsqueda de libertad. La otorgación del Nobel es un testimonio a su valentía y a la esperanza de un pueblo que anhela un cambio radical y duradero.
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