El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se comunicó este jueves con el primer ministro camboyano, Hun Mantet, con la mira puesta en fomentar un alto el fuego entre Camboya y Tailandia. Este conflicto, que ha resultado en al menos 86 muertos desde su inicio el 7 de diciembre, contrasta con los esfuerzos de paz previamente promovidos por el expresidente Donald Trump. En esta conversación, Rubio manifestó su inquietud por la prolongada violencia y reafirmó el compromiso de Trump para mantener la paz, haciendo hincapié en la necesidad de implementar los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur.
Esta situación de inestabilidad se ha intensificado en los últimos días, con delegaciones de ambos países iniciando un diálogo para reducir las hostilidades en una frontera de 820 kilómetros marcada por viejas disputas territoriales. Los enfrentamientos entre las fuerzas armadas tailandesas y camboyanas se han recrudecido a pesar de los intentos de mediación, la última de las cuales fue una intervención directa de Trump en julio, que había logrado frenar temporalmente los combates tras advertencias sobre represalias comerciales.
El Gobierno estadounidense ha ofrecido facilitar conversaciones que aseguren la paz y la estabilidad en la región, mientras persiste la preocupación por la violencia que afecta a comunidades de ambos lados de la frontera. La historia de estos países está profundamente entrelazada con las reclamaciones territoriales, enraizadas en acuerdos coloniales del siglo XX que aún generan tensiones en el presente.
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