Marc Giró ha vuelto a ser el rey de las noches de los martes en Televisión Española con su provocador monólogo en el programa Late Xou. En esta ocasión, su mirada crítica apuntó a lo que él denomina «fachas», arrancando risas y reflexiones del público.
Con su característico sarcasmo, Giró protagonizó un arranque fulminante. «Después de darle muchas vueltas, he decidido hacerme facha. He pecado de narciso, he estado tan obcecado en mis propias ideas, sin escuchar a mi alrededor», confesó. Es evidente que su humor es a menudo un reflejo de un descontento más profundo, un llamado a cuestionar e ironizar sobre los dogmas de diversas ideologías.
Enumerando los «supuestos beneficios» de abrazar esta etiqueta, Giró continuó: «Ser facha está lleno de ventajas. En la opresión política, está la oportunidad de quitarse presión y responsabilidad.» Su discurso lanzó una crítica feroz hacia la burocracia y el compromiso social, sugiriendo que la pereza mental afortunadamente puede traer su propio alivio.
“Desde que soy facha, ya no hace falta que sea mariquita”, sostuvo con intensidad. Lo que para muchos podría parecer una afirmación risible, en manos de Giró se convierte en un comentario mordaz, en el que destaca la capacidad de liberarse de una serie de preocupaciones contemporáneas: el reciclaje, el veganismo, los problemas globales e incluso la propia responsabilidad afectiva. Todo se convierte en un abrazo a la despreocupación.
La atmósfera del programa se tornó aún más escandalosa cuando afirmó: «También puedes dejar de ser simpática y amigable, que es agotador.» Se presenta aquí un retrato satírico sobre la presión por ser políticamente correcto y estar rodeado de una diversidad que, según él, puede ser apagante.
En un giro final, dirigió sus dardos a las recientes polémicas en la Junta de Andalucía, cuestionando las realidades sociales con ironía: «Si quieres imaginar que no existe tanto cáncer de mama y no hace falta cribar, que el mercado se autorregula… ¡Por qué no! Sé facha.» Aquí se refleja no solo el humor de Giró, sino también una crítica a cómo simplificamos problemas complejos con soluciones aparentemente fáciles.
La actuación de Giró continúa siendo un potente ejemplo de humor y crítica social, explorando, a su manera única y provocadora, nuestras percepciones sobre ideología, responsabilidad y el absurdo de algunas de nuestras preocupaciones más prevalentes. Sin duda, un cómico que sabe despertar y atrapar la atención, dejando a su paso una estela de risas y reflexión.
