En un clima de tensa expectación, miles de partidarios del presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se congregaron en las inmediaciones de su residencia en Seúl, en un acto de protesta contra su próxima detención. Yoon, cuya figura se encuentra en el centro de una investigación por insurrección y abuso de poder ligada a la controvertida implementación de una ley marcial, ha visto cómo las calles aledañas a su hogar se llenaban de seguidores incondicionales.
La movilización, estimada en unas 11.000 personas por fuentes policiales, ha llevado a las autoridades a intensificar las medidas de seguridad alrededor de la residencia de Yoon. A medida que el descontento se traducía en disturbios, las fuerzas del orden han comenzado a disolver la concentración. A pesar de los intentos policiales por mantener el control, un grupo de manifestantes logró traspasar el perímetro de seguridad, llegando hasta la puerta principal de la vivienda, donde se plantaron en una simbólica sentada.
Las autoridades, mientras tanto, acusan a Yoon de refugiarse en su domicilio para sortear la captura, aunque aún disponen de un margen de cuatro días para proceder con la detención en base a la orden judicial emitida. La situación ha llevado a varios arrestos, con miembros de la protesta ya bajo custodia policial.
Desde el bando de los manifestantes se esgrime que la promulgación de la ley marcial se realizó conforme a la legalidad. Subrayan, además, que el proceso de destitución de Yoon, pendiente de ratificación por el Tribunal Constitucional, carece de fundamentos válidos.
En un gesto de agradecimiento hacia la marea de apoyo recibido, Yoon se dirigió a sus seguidores, reconociendo su rol en la defensa del orden constitucional de la nación. Esta turbulenta escena en las calles de Seúl refleja la profundidad de la división política en Corea del Sur y plantea serias preguntas sobre el futuro de su democracia liberal. Con la situación en constante evolución, los ojos del mundo permanecen fijos en la respuesta de las autoridades y la posible escalada de tensiones en los días venideros.