En una movilización sin precedentes en Seúl, miles de ciudadanos han salido a las calles en una manifiesta oposición contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, congregándose en las inmediaciones de la Asamblea Nacional. El punto álgido de esta reunión se prepara con la mirada puesta en la votación parlamentaria decisiva que determinará el futuro político de Yoon, acusado de imponer la ley marcial de manera controversial.
La protesta, inscrita en un marco de diversidad social y política, destaca por la presencia de plataformas civiles, partidos políticos opositores y, en particular, la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), la principal entidad sindical del país. Este conjunto heterogéneo de manifestantes ha iniciado su actuación a las 15:00 hora local, demostrando una organización y una convocatoria que evidencian el profundo descontento con la administración Yoon.
Las acciones de protesta no se han limitado a una simple congregación frente al edificio legislativo; muchos han participado en lo que denominan la «Marcha de Vigilia Nacional», un despliegue que podría extender sus actividades a lo largo de la jornada, muy pendientes de las noticias que emanan del parlamento.
Desde varios rincones del país, ciudadanos motivados por asociaciones civiles y sindicales han viajado a Seúl, pese al robusto dispositivo de seguridad presente, encargado de custodiar el orden en el distrito de Yeouido, corazón político y epicentro de la protesta.
La jornada ha estado marcada por incidentes aislados, entre ellos, la detención de un hombre de aproximadamente 50 años quien, en un acto desesperado, intentó prenderse fuego cerca del lugar de la manifestación. Este sujeto fue prontamente asistido y trasladado a un centro médico, aunque su estado de salud permanece reservado.
Ante la masiva afluencia de protestantes, el transporte público ha tenido que modificar su operativa habitual, informando sobre la no parada de trenes en estaciones cercanas al Parlamento, buscando así evitar aglomeraciones que pudieran escalar en conflictos.
La sesión parlamentaria programada para las 17:00 se presenta como el clímax de una jornada tensionada. La oposición, con mayoría en la cámara, ha llevado adelante la propuesta de destitución del presidente Yoon, poniendo en jaque su mandato. La decisión final dependerá en gran medida de la postura que asuma el Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon, cuyo respaldo parece tambalear tras recientes críticas internas hacia el presidente por sus decisiones.
En vísperas de esta crucial votación, se han escuchado voces dentro del propio partido del presidente exigiendo su suspensión inmediata y hasta planteando la necesidad de su renuncia como solución al actual impasse político.
Esta movilización ciudadana y el consiguiente drama político ilustran el complejo panorama que atraviesa Corea del Sur, un país usualmente conocido por su estabilidad política y su pujante economía, hoy enfrentado a una de sus más significativas crisis institucionales en años recientes.
