El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha instado al Gobierno de Castilla-La Mancha a concluir el segundo plan contra la pobreza y la exclusión social, ante la alarmante situación que se vive en la comunidad autónoma. Durante un acto en Toledo, junto al coordinador regional de IU, Pedro Mellado, Maíllo señaló que los índices de pobreza y riesgo de exclusión social han aumentado en ocho puntos en solo dos años.
Los datos revelan que el índice de pobreza en Castilla-La Mancha se sitúa en un 34%, lo que implica que uno de cada tres ciudadanos de la región se encuentra en riesgo de pobreza. Además, la exclusión social afecta a casi uno de cada diez habitantes, con un 8,9% de la población en una situación de «extrema pobreza». Ante este panorama, Izquierda Unida ha afirmado que considera la finalización del plan contra la pobreza como una «prioridad fundamental».
Maíllo también comentó sobre otro tema de interés en la región: la creciente instalación de macrogranjas. Según sus declaraciones, Castilla-La Mancha, junto a Extremadura y Castilla-León, se ha convertido en un objetivo para fondos de inversión que buscan establecer estas instalaciones, lo cual considera problemático. En este sentido, subrayó la necesidad de proponer un modelo alternativo que no se base en el extractivismo, y que evite prácticas agresivas para la agricultura y la ganadería en la región.
En relación a las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sobre la posible impugnación del reparto del impuesto a la banca, Maíllo mostró su sorpresa por que se considerara la vía jurídica antes que el diálogo. Asimismo, expresó su deseo de que García-Page hubiera mostrado la misma energía para impulsar un impuesto sobre las energéticas, que, según él, habría sido beneficioso para las arcas de la comunidad.
Finalmente, sobre los recientes acuerdos entre García-Page y la presidenta de Extremadura, María Guardiola, Maíllo advirtió que, si bien estas alianzas se han formalizado, una vez que García-Page deje el Gobierno, la falta de contradicciones podría facilitar la tarea a la derecha para mantener su agenda.