El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha expresado su oposición al incremento del gasto militar en defensa, argumentando que el rearme de los países puede conducir a una «espiral de guerra» que resulta en una «mala salida». Durante un encuentro en Toledo, donde estuvo acompañado por el coordinador regional de IU, Pedro Mellado, Maíllo enfatizó que «no es hora de rearme ni es hora del aumento de gasto militar». Esta postura, según él, refleja el sentir mayoritario de la sociedad española, que en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) mostró un rechazo al aumento de este gasto en un 50,3 por ciento.
Maíllo aseguró que Izquierda Unida se siente alineada con «amplias capas de la sociedad española» en su oposición a mayores inversiones militares. En este sentido, propuso una «movilización por la paz», a través de la cual IU buscará establecer un diálogo con organizaciones pacifistas, otros grupos de izquierda y sindicatos para promover la necesidad de una «alternativa de paz» y mayor seguridad.
La iniciativa incluirá reuniones en diversas comunidades autónomas, así como la elaboración de un manifiesto que IU presentará esta semana para que distintas organizaciones puedan adherirse. Entre las propuestas planteadas se encuentran la creación de un sistema de seguridad europeo que garantice la paz, así como un llamado a un alto el fuego que facilite el diálogo entre Rusia y Ucrania, con la mediación de organismos como Naciones Unidas y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En cuanto a la discusión sobre la posible elevación del gasto en defensa al 2% del PIB, Maíllo destacó la importancia de clarificar cuánto se ha estado gastando realmente, apuntando que, a pesar de que la cifra oficial es del 1,28%, algunas investigaciones sugieren que ya se gasta alrededor del 2%. Afirmó que un aumento significativo tendría grandes implicaciones económicas, apuntando que alcanzar el 2% significaría adicionar unos 14.000 millones de euros, una cifra que podría destinarse en gran parte a políticas sociales.
Maíllo también se mostró crítico con la idea de alianzas del gobierno español con países de la Unión Europea gobernados por la derecha y extrema derecha, y sugirió que España debería distanciarse de estas colaboraciones en el ámbito de defensa.
Respecto a la reciente proposición de ley presentada por el PSOE y Junts para delegar competencias en materia de inmigración a Cataluña, el líder de IU argumentó que, si se desea que la ley avance, deberá contar con el apoyo de otras formaciones políticas. A pesar de reconocer que estas transferencias pueden ser beneficiosas para agilizar trámites relacionados con los migrantes, advirtió sobre la necesidad de aclarar ciertos elementos técnicos que podrían ser problemáticos, especialmente en lo que respecta a la gestión de políticas fronterizas.
Finalmente, Maíllo abogó por un cambio en la narrativa en torno a la migración, sugiriendo que debería ser vista como una cuestión de potencialidad social en lugar de una problemática de orden público. Concluyó que los migrantes aportan significativamente a la economía del país y criticó la visión de Junts, que en su opinión se aproxima a una postura de control y restricciones promovidas por la extrema derecha.
