En una reciente intervención, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha convocado a las Fuerzas Armadas a intensificar las acciones antiterroristas ante lo que él describe como operaciones dirigidas desde el extranjero, especialmente señalando a Estados Unidos y España, para desestabilizar su gobierno. Durante una reunión con altos mandos militares en conmemoración del XIX aniversario del Mando Estratégico Operacional, Maduro subrayó la importancia de fortalecer la búsqueda y captura de terroristas, con el objetivo de evitar acciones que busquen imponer una agenda política a través de la violencia y el sabotaje en el país.
Esta instrucción se da en un marco donde el gobierno de España ha rechazado las acusaciones de Caracas que vinculan a dos españoles detenidos en Venezuela con actividades de espionaje y terrorismo. A pesar de las negativas de las autoridades españolas, Maduro insiste en poseer evidencias concretas que respaldan los supuestos planes desestabilizadores de la CIA y el CNI en su contra. Esta escalada de tensiones no solo refleja las fricciones diplomáticas entre Venezuela y las naciones mencionadas, sino que también destaca la atmósfera de inseguridad que el presidente venezolano pretende combatir.
Además, Maduro ha solicitado al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, la implementación de una reingeniería en las estrategias de defensa nacional, incluyendo la adopción de medidas para contrarrestar el uso de drones y la revisión de los sistemas de comunicación militar. Esta decisión parece estar motivada, entre otros factores, por los recientes hechos en el Líbano, donde según el mandatario venezolano, el sionismo israelí habría empleado dispositivos de comunicación para perpetrar ataques terroristas.
En este complejo entramado de acusaciones y medidas de seguridad, se destaca la declaración de Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, quien ha criticado la colaboración empresarial con el régimen de Maduro, calificándola de financiación a la dictadura. Las palabras de Feijóo resuenan en un contexto donde la comunidad internacional permanece atenta y dividida frente a la situación en Venezuela, país que sigue lidiando con profundas crisis políticas, sociales y económicas.