La tensión entre Venezuela y Estados Unidos se intensifica tras la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, en respuesta a la supuesta campaña antinarcóticos promovida por Washington. Nicolás Maduro celebró el «apoyo abrumador» del Consejo, afirmando que este respaldo a su país protege el derecho a la libre navegación y al comercio. Durante un acto transmitido por la cadena estatal VTV, el presidente rechazó las acciones estadounidenses, tachándolas de «piratería» y defendiendo la soberanía venezolana frente a lo que considera agresiones coloniales.
El embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, denunció una «extorsión histórica» por parte de Estados Unidos, advirtiendo que la nación sudamericana es el primer objetivo de un plan mayor que busca apoderarse de sus recursos. Esta situación se enmarca en un contexto donde las sanciones y bloqueos de petroleros sancionados por Estados Unidos han afectado gravemente la economía venezolana. Tanto Rusia como China han criticado las acciones de Washington, señalando que contravienen el Derecho Internacional.
En respuesta a la presión internacional, el ministro de Exteriores, Yván Gil, destacó lo que considera una victoria en la defensa de Venezuela, mientras el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, anunció sanciones adicionales. Con un trasfondo de violencia y bloqueo, las declaraciones de ambos países reflejan una polarización en las relaciones y un futuro incierto que se cierne sobre la economía y la estabilidad política de Venezuela.
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